Tras la revolución interna que supuso el abandono del grupo por parte de Andy Anderson y Miguel Vicens, el grupo se niega a desaparecer y se reciclan como cuarteto con Joan Bibiloni (guitarra y cantante) y frontman de la banda.
El grupo plantea un viraje hacia lo comercial y graba este single con dos temas en castellano, tras un primero con dos temas en inglés y una apuesta mucho más arriesgada. La apuesta no les sale mal del todo y “Oh daddy, oh mama” se escucha bastante y hasta se asoma a los puestos de retaguardia del top 20. Un tema, éste, de ritmo ligero y letra más que asequible que repite hasta la saciedad el estribillo; “Hoy me voy por fin de vacaciones, oh daddy, oh mama”. Música bailable sin pretensiones, pero más cercana al modelo comercial español de la época, que su primer single.
La parte más rockera se la guardan para la cara B. Un rock and roll tópico y bien interpretado en la que el novel cantante se ve apoyado por los coros, mientras luce su guitarra. La batería de Manolo suena con un empaque que mueve por sí sola el sonido del grupo.