Hay gente en la historia de la música española que deberían tener su nombre escrito en letras de oro. Así de simple y así de claro. Gente cuya contribución a la música de este país es tan importante que sin ellos no se entendería el panorama actual tal como es. Y no sólo por su trayectoria en solitario, donde más flojea en este caso, sino por su labor con otros músicos como compositor, productor o letrista. Uno de estos grandes nombres es, sin lugar a dudas, Fernando Arbex. Autor de más de seiscientos temas, que consiguió vender alrededor de treinta y tres millones de álbumes en todo el mundo, logrando con ello cincuenta discos de oro.
José Fernando Arbex Miró nace el 18 de mayo de 1941 en Madrid. Pronto le entra el gusanillo de la música. Casi por casualidad. Un día, en el trastero de su casa, se encuentra con una guitarra rota. Fernando le puso unas chinchetas, le cambió las cuerdas y empezó a aprender a tocarla. Con 16 años inicia su carrera musical de un modo muy amateur. Monta un dúo con su amigo Rafael Castellanos y comienzan a tocar en diferentes lugares de la capital como hospitales, residencias de ancianos o fiestas organizadas por amigos.
Durante 1959, cuando apenas contaba con 18 años, hace un ensayo a la batería de un incipiente grupo salido de la Universidad Complutense de Madrid. Ellos eran Los Estudiantes y fueron uno de los grupos pioneros de la música rock en España. Decidieron incorporarlo inmediatamente al oírle tocar la batería, mientras que el antiguo inquilino de dicho instrumento, José Alberto Gosálvez, pasó a tocar el bajo. De este modo Fernando se inicia en el mundo de la música de un modo más profesional. Eso sí, ocultándoselo a sus padres, a sabiendas de que se negarían rotundamente a este camino tomado por su hijo.
En un principio intenta compatibilizar la carrera universitaria con la musical. Pero la fama de Los Estudiantes no hacía más que crecer y eran cada vez más solicitados para las fiestas universitarias. Por lo que dicha compatibilización, con el tiempo, se hizo más difícil. Y ocultar su secreto más. Un día se deja la guitarra de un amigo en su casa y ésta acaba rota en manos de su padre. Este hecho genera una acalorada discusión que termina cuando Fernando dice que se va a dedicar por completo a la música.
Con Los Estudiantes graba tres EP. A destacar el último de todos ellos “Don Quijote / Pecosa / Poncho / La Pulga” (Philips, 1964), donde tres de los cuatro instrumentales son compuestos por el propio Fernando. Ese mismo año, antes de Semana Santa, Fernando recibe un golpe muy duro al morir su hermano Luis mientras hacía la mili. Para la formación no fue mucho mejor. El período entre ensayos era cada vez mayor y finalmente, poco tiempo después, el grupo se disuelve.
Coincidiendo en el tiempo, Luis Sartorius, que había sido componente de Los Estudiantes, deja Philips, donde trabajaba, y decide montar Novola, que era una división del sello Zafiro destinada a lanzar al mercado la producción de artistas noveles. Luis tiene en mente llevar a cabo un ambicioso proyecto: montar un grupo parecido a The Beatles. Una formación en el que la autoría musical fuese propia, con alto nivel tanto en lo instrumental como en lo vocal y con una imagen castiza, que indicara sin equívocos que eran de aquí. En un principio en este proyecto están involucrados Fernando y José Barranco. Pero este último finalmente desechó la idea para formar parte de otros grupos como Los Flecos y Los Pekenikes.
A Fernando le convence la idea y al poco conoce a Juan Pardo en una fiesta en una discoteca madrileña. Juan había sido cantante de Los Pekenikes y acepta de inmediato al conocer las premisas del proyecto. Más reticente se mostrará Antonio Morales, Junior, pero al final también se les une. Solo falta el bajista y lo encuentran en la figura de Manuel González, que había tocado en The Blue Shadows. Juntos forman Los Brincos.
La desgracia parece cebarse con el grupo ya que poco después de formarse fallece el alma mater de la formación, Luis Sartorius, en un accidente de coche. Ambas muertes dejan muy tocado a Fernando, pero finalmente se repone y lleva a cabo la vieja aspiración de Luis Sartorius. Los Brincos logran tener un éxito atronador y se convierten rápidamente en uno de los grupos más importantes en la escena musical española.
Pero las cosas empiezan a torcerse y, después de que el grupo lanzara el álbum “Los Brincos II” (Novola, 1966), empiezan a crecer las rencillas dentro del grupo. Después de una actuación desastrosa en el Festival de Benidorm, Juan Pardo y Junior intentan aprovecharse de la coyuntura para alzarse con el control absoluto del grupo, desplazando a Fernando de la formación. Al no conseguirlo, optann por una nueva estrategia, disolver el grupo. Pero con la inclusión del tema “Borracho” en el film “Más Bonita Que Ninguna” (1965) de Luis César Amadori, provoca que no pueda desaparecer el nombre del grupo. Cuando se aclara todo, Juan y Junior están fuera del grupo y Fernando se queda como líder en solitario de la formación.
Así grabarán el excelso “Contrabando” (Novola, 1968) y su obra más ambiciosa “Mundo, Demonio y Carne” (Novola, 1970). Incomprendido por crítica y público el grupo se disuelve. Pero Fernando sigue esta misma senda con su siguiente formación, Alacrán. Fernando lo forma con Iñaki Egaña, que había sido miembro de Los Buenos y Los Bravos, y Óscar Lasprilla. Graban el homónimo “Alacrán” (Zafiro, 1970) donde se entremezclan el funky, el rock latino y el rock progresivo. A pesar de conseguir un notable resultado, con la marcha de Óscar a Londres deciden disolverse.
Durante los últimos años en Los Brincos, Fernando empieza su labor como compositor. Sus primeros trabajos son para ayudar a un amigo granadino que estaba empezando en la música, Miguel Ríos, para el que compone algunos temas de su debut “Mira Hacia Ti” (Hispavox, 1969). No será el único, durante estos años también interpretarán sus composiciones Mike Kennedy, Massiel o el alemán James Last. Al mismo tiempo empiezan a llegar sus primeros trabajos de productor, con gente como Marabunta, antiguo Amigos de Carlos, Miguel Ángel Carreño –Micky– la italiana Rita Pavone o los escoceses Middle of the Road.
Su siguiente proyecto será Barrabás, donde por fin, encontrará el reconocimiento mundial. Es el grupo español que más discos de larga duración ha vendido en el mercado estadounidense, ocupó el nº 1 de ventas en países como Canadá o Alemania y en las listas de música negra en Estados Unidos; y en 1975 fue designado por la revista Playboy mejor grupo mundial en la clasificación de estilo funky.
A pesar de ser el ideólogo de Barrabás, Fernando se mantiene al otro lado. Se encarga de las tareas de producción y, aunque tocó en el primer LP, «Barrabás» (RCA, 1972), jamás actúa en directo con el grupo. A pesar de que las ventas del grupo fueran bastante buenas los conflictos internos fueron una constante. Durante la grabación de su segundo disco, “Barrabás Power” (Ariola, 1973), expulsa a Iñaki Egaña de la formación; y tras el arrollador éxito de su tercer álbum “Soltad a Barrabás” (Ariola, 1974) la discográfica presionó para que lanzaran rápidamente más álbumes. Esta presión de nuevas producciones, giras y promociones va a crear disensiones entre varios miembros de Barrabás con Fernando. Y en 1977 el grupo se disuelve.
Durante este tiempo vuelve a dedicarse a producir a diferentes artistas. Por sus manos pasaron Camilo Sesto, al que produce su primer disco en inglés; Sergio y Estibaliz, con los que grabó “Beans” (Zafiro, 1979) que los acercaba a la música disco o Miguel Bosé. Con Miguel participa en el álbum “Miguel Bosé” (CBS, 1978) componiendo un par de temas, “Anna” y “Lucky guy”, para al año siguiente involucrarse más: se encargar de la dirección artística y es co-autor de diversos temas del siguiente álbum de Miguel, “Chicas!” (CBS, 1979).
Tras cuatro largos años de silencio, Fernando Arbex decide dar vida por segunda vez a Barrabás y consigue un contrato con la firma norteamericana Columbia con vistas sobre todo al mercado hispanoamericano. Para rehacer el grupo echa mano de tres nuevos músicos. El teclista Armando Pelayo, el guitarra Koky y Susy Gordaliza al bajo; y de dos veteranos componentes: el cantante José Luis Tejada y el batería que participó en los tres primeros LP, José María Moll. Además éste último será también coproductor y de facto dirige musicalmente el grupo.
Una vez finiquitado la aventura con Barrabás se dedica a su propia música y durante un lustro pasa lo que él mismo llamo por una etapa sinfónica. Fernando lanza su única obra en solitario editada en España “El Caballero del Arco Iris” (CBS, 1981). Una especia de suite para ballet grabada con la Orquesta Filarmónica de Londres basado en textos de la poetisa madrileña Gloria Fuertes.
Durante los 80 trabajó con algunos grupos de la capital, llegando a producir a Aviador DRO su disco “Ciudadanos del Imperio” (DRO, 1986). Al año siguiente recibe la invitación de su amigo Miguel Ríos para participar en el programa “¡Qué Noche la de Aquel Año!”. El objetivo, reunificar a Los Brincos. Pero no fue posible debido a la negativa de Juan Pardo. Poco tiempo después se ve involucrado en un asunto de drogas que le llevó a pasar algunos meses en la cárcel. A pesar de ser declarado inocente le mantuvo fuera de la circulación durante bastante tiempo.
En 1996 participa junto a Vicente Escrivá en el musical “La Maja de Goya”. Fernando se encarga de la composición y producción musical, el cual le lleva dos años y medio el hacerlo. Contarán en el papel de Francisco de Goya con Pedro Ruy-Blas, que había pasado por diversas formaciones como The Brisks, Los Grimm, Canarios o Dolores. Se realiza en Londres la grabación de una selección de temas de la obra, con la Orquesta Filarmónica de Londres, dirigida por Santiago Pérez, que verá la luz como “La Maja de Goya” (CAR, 1996).
Después de esto se enzarza en una lucha judicial contra el sello BMG que, al absorber la discográfica Serdisco, se había hecho con los derechos de propiedad intelectual de las canciones de Los Brincos. La razón era la publicación de un recopilatorio del antiguo grupo de Fernando, “Bravo por Los Brincos” (Arcade, 1996) que no contó con el consentimiento de los primeros.
Cuando se acercaba el fin del milenio recibe un encargo del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat. Una obra musical con la que pretendía aunar las tres religiones monoteístas: cristianismo, judaísmo e islamismo. En un principio el encargo sólo era para un tema, “Himno de la vida”, el cual se convertiría en el más recordado, amén de ser cantado en judío, arameo y latín. Pero las autoridades palestinas sugirieron la idea de construir una sinfonía completa, por lo que creció hasta convertirse en un poema sinfónico.
De este modo Fernando compuso “Terra Santa” durante tres largos años. Un poema sinfónico con cuatro movimientos inspirado en el recorrido de María y José entre Nazaret y Belén antes del nacimiento de Jesús. Se estrenó en la localidad segoviana de Pedraza y fue interpretado por Fernando Argenta dirigiendo a la Orquesta de Castilla y León y al Orfeón Donostiarra, junto a la solista australiana Sandra Pires y a la Escolanía de Nuestra Señora del Recuerdo. Esta sinfonía ve la luz como “Bethlehem 2000” (RCA, 2000) y es lanzado en Alemania. En ella trabajaron la Orquesta Filarmónica de Londres, el Orfeón Donostiarra y el coro de la catedral de Saint Paul de la capital londinense
Después de esta sinfonía decide rescatar Los Brincos. Aunque sólo contará con Miguel Morales como miembro de la primera época. La aventura dura bastante poco. Graban un olvidable álbum, “Eterna Juventud” (Aryna, 2000) y hacen una pequeña gira de conciertos por la península. Todo acaba para Fernando el día el 5 de julio de 2003 cuando fallece a la edad de 62 años después de una larga enfermedad.
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