Procedentes de sitios totalmente alejados entre sí (Isa, procedente de las extintas Electrobikinis, es de Bilbao, María de Barcelona, -ex Mittens y posteriormente en Señoras– Coki de Ponferrada y Guillermo de Madrid), los componentes de Charades se unen en Madrid en 2001 para formar una banda desprejuiciada de garage pop con aires e influencias un poco sesenteras y algún toquecillo riot. Amantes de las guitarras y las segundas voces (“Nunca sobran coros” era su lema), no fue hasta 2004 que vieron cumplido su sueño de ver publicadas sus canciones. El EP “The Only One” (K, 2004), publicado bajo el nombre de The Charades, nos descubrió cuatro canciones pop que recogían a la perfección el espíritu de la banda.
Comienzan a ser cada vez más habituales en las salas madrileñas y el EP recibe críticas más que favorables, alcanzando repercusión más allá de nuestras fronteras. El prestigioso sello underground americano Kill Rock Stars se enamora del grupo y decide incluir un tema suyo en el recopilatorio “Tracks and Fields” (Kill Rock Stars, 2004), junto a grupos de la categoría de Sonic Youth, The Decemberists o Gossip.
Tras mucho trabajo, un tiempo después, sale al mercado “When Shining Blue” (Corea, 2006), su debut en largo. Con singles claros como “Sexy girl”, se ganan de nuevo a la crítica (una constante en su carrera) y consiguen tocar en multitud de festivales en su gira de presentación, entre ellos el Primavera Sound.
Tomándose el tiempo necesario, sin prisas, Charades comienzan uno de los cambios más notorios de su carrera. No solo eliminan el artículo de su nombre, quedándose en Charades a secas, sino que sustituyen el inglés por el castellano y dan un giro a su música. Toda esto quedó plasmado en “En Ningún Lugar” (BCore, 2008), su segundo album, con nueva casa de discos. Su pop relajado, con las voces perfectamente cuadradas y las melodías trabajadísimas, llaman la atención de bastantes medios, y es incluido entre lo mejor del año por algunas publicaciones como Rockdelux o Mondosonoro. “En Ningún Lugar” trajo muchas alegrías a la banda, ya que llegó a ser editado en Japón, pero también algún disgusto, ya que en 2008 María decide abandonar Charades.
Desde la marcha de María hasta 2010, el grupo se dedica a preparar su propia revolución, a su ritmo. En este tiempo, incorporan a dos nuevos miembros, Antía (percusiones, teclados, sintetizadores) y Toño (sustituyendo el bajo de María), que se unen a la renovación de Charades. La sorpresa llega con “Revolución Solar” (BCore, 2010), su tercera entrega, que pilla desprevenido a todos y que inunda de psicodelia el sonido pop de Charades, que abraza definitivamente y sin pudor algunas de sus influencias reconocidas, como Love, Os Mutantes o Brian Wilson, sin dejar de sonar contemporáneos, introduciendo percusiones y xilófonos que enriquecen sin duda su universo.
El comienzo de década no les puede sentar mejor, ya que cruzan el charco para tocar en el festival de bandas emergentes SXSW de Austin, Texas. El futuro es de Charades, una banda que poco a poco, sin hacer demasiado ruido, se ha construido una personalidad en la que solo caben las referencias que quiere el grupo, despojándose de lugares comunes, con el factor sorpresa como involuntario modus operandi y encaminados (y muy bien encaminados) hacia el objetivo de todo grupo que se tome en serio, la creación de la canción pop perfecta.
Finalmente, el 13 de diciembre de 2010, anunciaban via Facebook que la celebración de su concierto junto a Los Punsetes en tres días iba a ser, además, su último concierto, antes de dejar el grupo por un tiempo indefinido. Una despedida más que agridulce y que sin duda pillará de imprevisto a sus seguidores.
Comentarios