El debut de Charades es un entretenido compendio de power pop, garage, pop de los 60 y algún toque riot y de rock alternativo de los 90, sobre todo en las voces, las distorsiones y el uso del inglés, tan de moda en España por aquella década. Producido por su hombre de confianza, el experto Santi García (que se encargará también de sus siguientes entregas), "When Shining Blue" (Corea, 2006) mostró de qué pasta estaban hechas Charades.
Canciones simples y cortas, repletas de coros, que mezclan la dulzura de la voz de Isa con las guitarras distorsionadas y los ritmos acelerados. Directos al grano, en menos de 30 minutos entregan un disco divertido y fresco, con algunos temas que podrían considerarse (si no habláramos de una referencia tan minoritaria) singles clarísimos, como "Come my way", "Sexy girl" o "Lucky girl", tres canciones que muestran a un grupo con buena mano para las melodías, y que oscilan entre el pop más cristalino y la rabia garagera de ritmos acelerados, coros a destajo y teclados certeros.
A pesar de la corta duración y de lo animado de la propuesta, el album puede hacerse algo monótono en algunos momentos, pero según van apareciendo los golpes de genialidad, uno se olvida de este pequeño detalle sin importancia y solo piensa en salir a correr por el campo y ponerse a bailar mientras escucha "Who wanna dance now", o retroceder a la new wave y al punk femenino de la mano de "Someday".
Un debut efectivo, que puso a Charades en el mapa, y llamó la atención no solo de medios independientes, sino también de la discográfica barcelonesa BCore, que no dudó en ficharlas tras ver de qué era capaz el (por entonces) cuarteto.