Ni el “Submarino Amarillo” es el de Los Mustang, ni el “Cadillac” es la de Los Gatos Negros, pero ambas están realmente muy bien en este último disco de Tony antes de desprenderse de sus Kroner’s. Buenas versiones, de lo mejor de las muchas que estas canciones conocieron en la lengua de Cervantes. Bealtes y Renegades respectivamente quedaban lejos, o, bien pensado, tal vez no tanto.
Pero las dos mejores canciones son seguramente las otras dos. Una versión cantada en ingles de “Unchained melody” y la versión de un tema del grupo holandés The Hunters. Un desenfadado tema cantado también en inglés pleno de pop garagero en los que Tony y su gente se desmadran en plan cosacos y vodka como el título exigía.