El primer trabajo de Emilio Cao (voz, arpa y cítola) cuenta con las colaboraciones de Xoán Piñon (Generación 49, DOA, NHU) a la guitarra eléctrica, Antón Seoane (Milladoiro) a la zanfona y xilófono, Xosé Ferreiros (gaita y percusión) y Bernardo Martínez (flauta).
Se trata de un disco que tiene mucho que ver con la infancia y el mundo de los sueños. Se sitúa en Rianxo, el pueblo marinero en el que Emilio pasaba los veranos en su niñez. Emilio inicia con él el fenómeno de la Música Celta en Galicia. Gran admirador de la figura de Alan Stivell, su idea era hacer un desarrollo similar con la música tradicional gallega. En aquella época las lecturas que había en Galicia eran la de la música tradicional y la de la canción protesta.
Comenta Xoán Piñón que la maqueta del disco se gesta en Foz (Lugo) entre Emilio Cao (voz, arpa y cítola), Bernardo Martínez (flauta) y él (guitarra eléctrica), con un magnetofón Grundig TK847. Esa maqueta con los diez temas del disco es la que escucharía la discográfica Novola para decidir si finalmente el disco se publicaba o no.
Realizan un ensayo previo en Mondariz (Pontevedra), ya con Xosé Ferreiros (gaita y percusión) y Antón Seoane (zanfona y xilófono), para desplazarse a Madrid. Los días 18, 19 y 20 de abril del 77 en los estudios Audiofilm se realiza la grabación del disco. “El destino y la intuición de Emilio quisieron juntar una línea que procedía del pop-rock y la música improvisada (Bernardo y yo), con otra más próxima a la música tradicional (Ferreirós y Seoane) haciendo una fusión que resultó innovadora, llenando el vacío que existía, y también una necesidad que teníamos todos de hacer algo distinto en la música galega. La intervención de Nonito Pereira (productor) sería fundamental en este hecho” comenta Xoán Piñón. Y es que fue Nonito quien consiguió convencer a la discográfica de invertir en el disco, desarrollando el sello Abrente, con el que desarrollaría esta y otras producciones como el disco de NHU o “Milladoiro” (Novola, 1978) de Antón Seoane y Rodrigo Romaní. Por estos trabajos recibe el Premio «Record World» como mejor productor en el año 1978.
Se trata de un disco en el que todos participaron, trabajando juntos en los arreglos. “Las piezas populares ‘Pandeirada de Nebra’, ‘Arrieiros de Moraña’ y el ‘Romance de Bernardiño e Sabeliña’ serían aportadas, adaptadas y arregladas por Bernardo Martínez; Emilio tenía compuestos temas propios como ‘Fonte do Araño’, ‘Na noite de San Xoan’, ‘Chegando ao Caurel’, ‘No campo da festa’, ‘Mentras ela fía’ y ‘Baixaron as Fadiñas’. Yo trabajé particularmente en la armonización y en las voces des esta última pieza y en las adaptaciones de las otras. Para terminar, el tema psicoatlántico ‘E as gaivotas sobor de nós’ fue el resultado de una improvisación entre los tres de Foz” comenta Piñón.
El inicio es espectacular. “Fonte do Araño” es un corte atemporal cargado de misticismo. Un viaje a la niñez y a los recuerdos en el que el viento sopla ondeando los rumorosos pinos de Eduardo Pondal y la gaita aparece en el momento preciso para erizar la piel: “o tempo pintou / no chan camiños que dan voltas sen parar / onde vai o teu rego, onde vai / que eu teño sede e non o podo atopar”.
“Pandeirada de Nebra” mantiene el carácter intimista pese a elevar la intensidad. El tránsito instrumental perfecto a “Na noite de San Xoán” y “Chegando ao Caurel”. Cortes cargados de emoción y sentimiento. El gran logro de este disco es precisamente ese, hacer una renovación del folk gallego, llevándolo hacia nuevas cimas de emoción, abriendo nuevos caminos por el que muchos otros transitarían.
“Mentras ela fía” y “Arrieiros de Moraña” traen la suavidad instrumental, la desnudez del arpa. “No campo da festa” es un corte más festivo pero perfectamente cohesionado con el resto de temas. Solemne la interpretación de “Romance de Bernardino e Sabeliña”, romance popular al que se acercarían gran cantidad de formaciones, como Luar na Lubre.
Un disco esencial para entender la música tradicional gallega.