Largo tiempo le costó publicar su debut a Jair Ramírez, escondido tras el nombre de Pumuky, quien anteriormente se presentaba como Alex Kid en el País de las Tormentas con una maqueta que ya circulaba por medios especializados y minoritarios y de la que ya se hablaban maravillas.
«De Viaje al País de las Tormentas» (Federación de Universos Pop, 2005) es un disco cuidado y mimado, de esos a los cuales a su autor se le nota que está enamorado de sus propias canciones, cualidad muy poco vista en el círculo independiente español (la de entusiasmarse de sus propias canciones, al menos en lo que a interpretar los temas se refiere). A cada canción se le da lo que pide, sin excederse, y se la trata con candor y sinceridad.
«Miedo ante la inminente posibilidad de ser feliz», con un título que define muy bien prácticamente el tono del álbum, abre el disco, metiéndose de lleno en una tenue melancolía. La agonía total llega con «La hoguera más grande del mundo», que ligeramente despega al final, y la sinceridad emocional despierta con «Dummies in love», una preciosa composición que captura la esencia de un álbum que hace uso de los efectos electrónicos sin renunciar a lo demás. Para entonces ha dado un respiro con «Demasiadas r.p.m», de entre las más reseñables, que permite salir un poco de la pesadumbre rítmica por la que ha entrado el disco hasta ese momento. «Pequeño» se enfrenta a la inmensidad de una canción tortuosa que llega al clímax gracias a la retransmisión de «la mano de Dios» de Maradona contra Inglaterra.
Después de esto, el disco ensombrece un poco. Pero se pueden rescatar la mortificante «Requiem por el chico cangrejo» («…poco puede hacer el sol, si no mostrar todas sus miserias») y «De viaje por el país de la tormentas», que logran alcanzar momentos mágicos. El viaje hace su última parada en «Último ensayo en el sótano», una despedida ejemplar que hasta duele.
Los textos muestran una capacidad de transmitir y evocar sin ser excesivamente complejos en los recursos utilizados. Con Pumuky hay más de esa melancolía de paraísos perdidos o no recuperados que tanto impregna las canciones del indie español de toda la vida (Los Planetas, Migala, Sr. Chinarro). A diferencia de otras muchos que se limitan a ser meras copias, Pumuky lo hace con personalidad y utilizando recursos propios, incluso ajenos, como los efectos electrónicos y las bases.