Joaquín retomó efímeramente la nave Niki en los 90 para dar salida al material que grabó en los ratos libres. No hay que escarbar demasiado para descubrir la onda de un disco que en su primera canción cita ya explícitamente a Intronautas.
Tantos años después, el regreso autogestionado de Los Nikis presenta el eterno eco Ramones en una representación menos entusiasta, aunque beneficiada de un fondo guitarrero, se diría que mecánico, que mantiene el pulso. Anacrónico pero vivo. «Tina tiene que espabilar”, la apertura del regreso, sorprende precisamente por el escaso entusiasmo que pone Fernando al cantar.
“Más de lo Mismo” (Hormigonera, 1998) está concebido para fans, y como tal su recorrido es poco propicio a la sorpresa, pero como siempre hay hueco para la excepción: “Soy Minero”, la segunda del lote, materializa un inédito perfil folklórico, el homenaje bromista a una región, y una vuelta de tuerca al costumbrismo en clave obrera que ya inspirara «La Hormigonera Asesina» (DRO / Tres Cipreses, 1989).
La contundencia vuelve por sus fueros en el tercer tema, confirmando que el regreso de Los Nikis es todo lo variado que puede esperarse de un grupo que pocas veces hizo de la diversidad virtud. Más cerca en varios minutos de Intronautas y los posteriores Acusicas, que de la gloria adquirida en «Marines a Pleno Sol» (DRO / Tres Cipreses, 1986), el solitario y aislado testimonio de Los Nikis en los 90 aún arranca sonrisas, como en la simpática “Inquisición Inquisición”, sátira que castiga a presentadores televisivos de la época como Paco Lobatón, José Luis Moreno, Nieves Herrero y algún antihéroe (¡Laurent Fignon!). Este tono, revestido por un traje pop sin disimulos, persiste hasta el final del digno regreso, muy recomendable para nostálgicos, en una inesperada vuelta a la madurez donde Los Nikis se asemejan más que nunca a Siniestro Total.
Una balada -“Noto algo raro en tu voz”- y un último surf –“Mamma Mía”– aderezan el tramo final del disco.
Echa el cierre “Borja el Motorolo”, personaje que se agrega a la entrañable galería, abierta casi veinte años antes, de los Ernesto, Aurelio el Misionero, Luis Enrique, Silvia Sobrini, o Enrique el Ultrasur.
Quién dijo nostalgia.