Regal, una de las divisiones del sello EMI, tiene fe ciega en Los Huracanes. Tanta, que les permite y sufraga los gastos de editar un LP compuesto por once temas propios y una única versión, todos ellos inéditos. En mayo de 1966, solo siete meses después de haber firmado su primer contrato discográfico, los cinco se van a encerrar en un estudio para parir este excelente long play. Esto solo se explica por el buen comportamiento comercial de sus tres EP anteriores y las magnificas prestaciones de sus directos. Los Huracanes ya no son solo el grupo estrella de Valencia, sino también aspiran a serlo en toda España.
El contenido se inicia con un rock and roll compuesto, como la mayor parte de los temas de este disco, por Julio y Pascual; con una rítmica y un bajo que mueven el tema y le imprimen un movimiento muy bien conseguido. Buen solo en las notas agudas de la guitarra y un final de mosqueo. La voz de Víctor Ortiz nos recuerda aquí a la de su paisano Bruno Lomas. “El Conquistador” es una lección de pop con esa levedad de lo intrascendente. Impagables esos burlones coros “gua, gua”, que contestan al conquistador cantante que presume de haber ligado con doce chicas simultáneamente. Lo dicho, buena adecuación entre la letra y la música y un buen tema comercial donde aquí comercial no es sinónimo de nada negativo.
“Esperame” es una balada en la que la voz suena un tanto estridente en la mezcla. El arpegio de la guitarra envuelve adecuadamente este tema un tanto endeble. Otro tema lento, mejor interpretado que el anterior, es “Creo que te quiero” en la que el piano tocado por Pascual participa activamente en el acompañamiento. Detrás de “El calor del verano” se esconde otro tema pop de alta escuela con unos coros muy bien conseguidos y un cierto aire de melancolía en la atmósfera creada por el bajo y las guitarras. Se acaba la cara A con “¿Dónde te escondiste?”, un trallazo rítmico fantástico y desenfadado bien cantado por Víctor que consigue junto a sus Huracanes una de las mejores interpretaciones del disco y de toda su carrera. Ingenuidad en ese estribillo: “Estarás debajo de un ladrillo o quizás subida en un avión” que el cantante repite envuelto en guitarras cargadas de fuerza.
La cara B se abre con el único tema firmado por Víctor Ortiz y Pepito Casquel: “Quiero repostar”, un rhythm ‘n’blues que nos cuenta la historia de un marciano llegado a la Tierra para repostar. Gente como Kinks o Rolling Stones deambulan por esta canción cargada de ironía, en la misma onda que la genial “El Calcetín”, incluida en su segundo EP. Otra marcha pop es “Podrás pensar”, un tema notable en el que Los Huracanes lucen sus mejores armas: buena voz en agudos, guitarras y bajo empastando sin fisuras y funcionando como una máquina. En “Tarta de merengue” se incluye una sección de viento en contraste con una contundente sección rítmica. Estribillo pegadizo y un tema que se escuchó mucho en las emisoras de todo el país, por su comercialidad. El cantante en primer plano hace una interpretación, sin alardes, pero muy buena. El único tema ajeno corresponde a “Hold me tight”, una canción de los ingleses Dave Dee, Dozy, Beacky, Mick and Tich. Ritmo contagioso, fuerza instrumental a raudales y una versión española que no envidia en nada a la original en este “No lo pienses mas”.
Cierran el disco dos canciones compuestas por Julio Andreu, el batería, de muy distinto corte. “Como tú” es una semibalada de ambiente onírico, con una guitarra que se adelanta un tanto a la eclosión folk rock y unos bongoes como elemento reconocible en la percusión. En cambio, “Ya verás” es una muy instrumentada pieza con un lejano aroma soul en los vientos y en la voz solista. Un tema bastante distinto a los demás del disco, que evidencia la versatilidad de un grupo que poseía muy amplios recursos estilísticos. Otra de las canciones grandes de este disco grande.
Como remate, os copio de la contraportada, la breve carta de presentación que Enrique Ginés escribía de cada uno de los cinco componentes de Los Huracanes: «Pepito.- Guitarra rítmico. Es serio, habla frecuentemente de cómo serán los negocios que monte con lo ganado en el conjunto. Víctor.- Cantante. Hace un poco de vida de ermitaño y quiere ganar mucho dinero para disfrutar con sus familiares. Pascual.- Guitarra solista, piano y segunda voz. Es muy exigente, por lo que no duda en la conquista de aquello que se propone. Si mantiene sus ideas, seguro que llegará a poseer una buena colección de coches. Julio.- Batería. Es muy fantástico, tal vez por eso tenga ideas brillantísimas que aprovecha para componer sus canciones. Malayo.- Guitarra baja. Es el benjamín y no lo disimula. Suele despreocuparse de los problemas y atacar a las jovencitas que acuden a las salas donde actúan».