Barcelona y Madrid eran los dos focos de actividad musical en los años 60; sin embargo, un tercer punto geográfico comenzó a producir grupos de una calidad incuestionable. Esta ciudad es Valencia. Sesiones dominicales de rock, varias salas rivalizando por contratar a los mejores, las actuaciones en Fallas, el empuje del locutor Enrique Ginés y la resonancia alcanzada por Los Milos o Bruno Lomas, hicieron que naciera un nuevo semillero de conjuntos capaz de competir en cantidad y calidad con las dos grandes ciudades españolas. Uno de estos conjuntos, posiblemente el más importante, fue Los Huracanes, Fundado a principios de 1964 por el cantante Víctor Ortiz, que ya había grabado varios discos con el dúo Los Pantalones Azules antes de irse a la mili, En la primera formación figuraban además José Miguel Martínez, José -Pepito- Casquel, Juan Roberto González, Julio Andreu y Agustín Jiménez. Actúan en Radio Levante y se producen los primeros cambios, abandonando Agustín y Roberto el grupo. Poco antes de su primera grabación, José Miguel, el guitarra solista, va a dejarlos por motivos universitarios, siendo sustituido por otra gran figura de la música valenciana: Pascual Olivas, que había liderado a Los Top-Son, y antes había estado en Los Milos. De este modo, Los Huracanes conjuntan su formación más recordada: Victor (cantante), Pascual y Pepito (guitarras), Julio (batería) y José Segura -Malayo- como bajista.
Con esta formación van a ser fichados por Regal y en diciembre de 1965 tendrán en la calle su primer EP con una buena versión cantada en inglés del “For your love” de The Yardbirds y un tema propio “En tinieblas”. El disco fue un bombazo en Valencia y cuentan las crónicas que a partir de entonces los dos grupos que más discos vendían en aquella ciudad eran, con diferencia sobre el resto, The Beatles y Los Huracanes, recibiendo ambos pedidos de cientos de discos con antelación a cada una de sus publicaciones. En el segundo EP aparece uno de sus temas recordados y justamente alabados: “El calcetín”, compuesta por Víctor y Julio. Los Huracanes empiezan entonces a ser reconocidos en toda España y actúan con cierta regularidad en Barcelona y Madrid. En febrero de 1966 tocan once días consecutivos en la sala madrileña Paraninfo, en el barrio de Argüelles, y hacen cara al público un Gran Musical, en la Cadena SER.
El tercer disco viene encabezado por una buen cover de “Eve of destruction”, canción protesta que había vendido millones de discos en la versión original de Barry McGuire. El 26 de mayo de 1966 viajan a Barcelona para grabar un nuevo disco. En un solo día registraran un LP completo con temas compuestos en su mayoría por Julio Andreu, Pascual Olivas. No me duelen prendas en afirmar que es una de las mejores y menos conocidas obras de la música española de esa década. Canciones como: “Tarta de merengue” o “El Conquistador” son de lo mejorcito que uno se ha llevado a los oídos. Los Huracanes hacen aquí un pop rock de alta escuela, que poco o nada tiene que envidiar a los mejores grupos angloparlantes. Es el momento dorado de la banda. En Valencia son ídolos y fuera se les respeta como uno de los tres o cuatro mejores grupos del momento; pero las ventas fuera de su ciudad son escasas y la vida de ellos, trepidante. Pascual Olivas comenta en una entrevista: “Ahora parece imposible que tocáramos el viernes por la noche en un sitio, una matinal el sábado en otro, por la tarde y noche, dos pases en un tercer lugar y, finalmente, en uno o dos sitios más el domingo, para luego viajar toda la noche y estar en clase, en la universidad, el lunes a las 8 de la mañana».
Tras la campaña de verano de 1967, Pascual tira la toalla y decide dedicarse a sus estudios de Medicina, con el tiempo llegara a ser uno de los ginecólogos más respetados de nuestro país. El resto sigue como puede adelante con nuevas incorporaciones y grabando discos con regularidad, cambiando de discográfica, recalando en la casa Belter. El grupo, influenciado por el soul imperante en la época, incluye una sección de viento formada por dos saxos:Vicente Balaguer y El Nano , convirtiéndose en septeto. En 1969 obtendrán un éxito relativo con una buena canción “Algo por nada”, pero cada vez se circunscribirán mas a actuaciones en la zona levantina. Entran en el grupo dos ex-componentes de Los Protones: Abel Mena (bajo) y Pepe Morato (batería) que participaran como músicos y compositores en los últimos discos de Los Huracanes.
Se incorpora el trompetista Chimo y marchan a Bilbao donde actuarán en el Club Arizona durante todo un mes. De allí pasan a Burgos y a Lugo, pasando una larga temporada alejado de su sede de Valencia.
En 1972 hacen sus últimas grabaciones y actúan en diversos países europeos, actuando en Austria y otros países centroeuropeos. continuan su actividad hasta 1974 con Enrique Otero como batería en sustitución de Pepe Morato. El nuevo batería había formado parte años atras de Adam Group. Pascual Olivas falleció en diciembre de 2017. Algo más de un año después, el otro guitarrista, Pepito Casquel también nos dejó, en febrero de 2019.
Aún habrá una última etapa de Los Huracanes en la que actúan asiduamente en Mallorca y en la que solo Víctor Ortiz se mantiene de los miembros originales y por la que desfilan distintos músicos
En 2001 vuelven a reunirse para iniciar una gira, aunque solo Víctor Ortiz y José Miguel Martínez permanecen de los antiguos miembros. Grupos de otra generación volverán su vista hacia ellos. Así, Doctor Explosión grabaran “El calcetín” y el cantante, Víctor Ortiz reaparecerá fugazmente con el grupo Los 5 Ibéricos, con los que grabará un EP y colaborará con Doctor Divago.
Los Huracanes han hecho pop rock y rhythm ‘n’ blues como pocos y para la historia queda su LP homónimo, grabado en 1966, que los que lo conocemos, consideramos uno de los hitos de nuestra música. Su directo era apabullante, sus temas de los primeros años estaban cargados de sabia sencillez popera y sus versiones de rock and roll clásico, de lo mejor que se ha podido escuchar por estos lares.
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