“Devuélveme el rosario de mi madre y quédate con todo lo demás” cantaba Juanito Valderrama. Parafraseando consciente o inconscientemente a este cancionero, Palmera realiza una letra ocurrente y rabiosamente juvenil en la que un muchacho pone como única condición para aceptar una ruptura, quedarse con la moto que había compartido con su chica. Es injusto que se recuerde a Palmera, o a su advocación anterior como El Eructo del Bisonte, por esta canción cuando sin rebuscar demasiado podemos encontrar mejores cosas en su discografía; pero así de injusto es este asunto de la memoria pop. La antipropaganda que algún humorista de la época hizo del tema, tomándolo como paradigma de la vacuidad de la juventud, contribuyó también a convertirla en un modesto hit que anduvo entre los diez más vendidos durante unas cuantas semanas.
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