Tras cerrar a finales de 1979 el proyecto El Eructo del Bisonte, los músicos tinerfeños Daniel –Dany Pacheco– (voz, teclados y guitarra), su hermano Tomás (guitarra) y Óscar Santana (bajo y voz) inician una nueva andadura bajo el más isleño nombre de Palmera. Incluyen como batería a Fran Gallo, aunque este puesto será pronto ocupado por otros baqueteros. Aunque afincados en las Canarias, realizarán incursiones por la península, especialmente por Madrid, donde renovarán el contrato de su antiguo grupo con Movieplay y grabarán en 1981 el LP “Palmera” (Movieplay, 1981), que contiene temas rabiosamente pop, entre los que destacan “Te dijo eso” o “Luci”, que encabezará su primer single.
Este larga duración no alcanzará los objetivos previstos; sin embargo, a la segunda irá la vencida y con un nuevo long play, también llamado “Palmera” (Movieplay, 1982) conseguirán por fin el hit perseguido durante largo tiempo con el tema “Las llaves de la moto” una banal letra dentro de un ritmo alegre interpretado con todo el oficio de estos bregados músicos. Pop fresquito de usar y tirar, pero que situará a Palmera en los primeros puestos de las listas nacionales de ventas y les permitirá aparecer en varios espacios televisivos. Aquel LP del 82 contiene también otras canciones interesantes: “De niña estaba mejor”, “¡Qué pena!”, etc.
Entre tanto detrás de los tambores se habían sucedido los cambios, pasando por el puesto Paco Urbano y algunos otros. La endeble situación de su sello, ya en aquellos momentos en trance de desaparecer no permitió dar continuidad al grupo; al menos, no con un apoyo comercial detrás. Realizaron alguna grabación más que pasó inadvertida y dieron por cerrado su periplo tras el verano de 1984. Posteriormente, su alma mater Dany Pacheco regresó en 1990 para intentarlo en solitario. Su hermano Tomás ha producido a algún grupo importante como Pabellón Psiquiátrico y Óscar Santana siguió vinculado a la música de su tierra, ocupando, entre otros, el puesto de delegado de la SGAE en las Canarias.
Palmera, y su anterior intento como El Eructo del Bisonte, constituyen un ejemplo de pop bien hecho, sin grandes innovaciones ni aportaciones, pero con gran capacidad de transmisión de esa alegría y afán de diversión inherentes al estilo.
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