Si en el anterior disco ya habían marcado diferencias con otros dúos de la época, especialmente con los muy imitados Dúo Dinámico; aquí se desmarcan del todo y dedican su segundo EP a la música hispanoamericana. Un estilo en el que estaban llamados a convertirse en auténticos maestros.
Cientos, tal vez miles de veces, habrán interpretado “La flor de la canela”, acompañando a María Dolores Pradera; sin embargo, ellos la grabaron antes e hicieron estos mismos arreglos que luego lanzaría a la fama musical a la por entonces actriz dramática. Juegos de guitarras y voces, cuya distinción radicaba no en su calidad, sino en su conjunción. Un valsecito peruano de Chabuca Granda, introducido en España por Los 3 de Castilla en 1959, llamado a convertirse en una de las melodías más conocidas de la siguiente década.
De Paraguay venía esta alegre “La Galopera”, en la que las guitarras evocan arpas y las voces, fiesta campesina. Más al norte, de Mexico, procede el corrido “El Gavilán”, descubierto por Los Gemelos y que ya en los 70 conocería numerosas versiones, entre las que cabe destacar la de José Luis Rodríguez -El Puma-. Como en casi todos sus temas, los dos hermanos la llevan a una lectura popular, perfectamente entroncada en el folk .
Un EP destacable y el único en el que Los Gemelos grabaron aquello que les gustaba sin imposiciones del sello o de la moda.