Allá por 1933 nacen en Madrid, los hermanos Julián y Santiago López Hernández. Buenos estudiantes y con el hobby común de la música. Siguen en la Universidad Complutense las carreras de Ingeniería y Arquitectura respectivamente. Poseedores de buenas voces y con una cualidad innata para tocar la guitarra y una larga serie de instrumentos de cuerda pulsada: bandurria, charango, requinto… encuentran su lugar natural en la tuna, concretamente en la Tuna Universitaria de Madrid. Con ella actuaran durante la segunda mitad de los 50 por toda España y visitarán varios países europeos. También grabarán sus primeros discos, siempre dentro de esta peculiar asociación musical estudiantil.
Con los diplomas de licenciatura recién estrenados, viajan a Estados Unidos para ampliar estudios y también para hacer actuaciones como dúo. En este país y Canadá tendrán ocasión de conocer a las primeras figuras del folk. Su repertorio entonces se basaba ya en temas hispanoamericanos y en menor medida en canciones populares españolas.
En 1960 regresan a España. Su maestría con las guitarras y la conjunción de sus voces no pasan desapercibidas y destacan poderosamente en actuaciones radiofónicas y cara al público.
Un modesto sello les va a servir la oportunidad de grabar ya como Los Gemelos. “Mustapha / Day-O Banana / Ansiedad / Mango Vendo” (Carillón, 1960) será su primer EP. Temas sin relación alguna entre ellos con el único nexo común de estar de moda y una interpretación a base de voces y guitarras españolas solamente.. Incluidos a la ligera en la pléyade de dúos que entonces proliferaban, poco tenían que ver Los Gemelos con el Dúo Dinámico y Kroner’s Dúo. Su pasión era la canción hispanoamericana y a ella va a estar dedicada íntegramente su segundo microsurco: “La Flor de la Canela / La Galopera / Tata Dios / El Gavilán” (Carillón, 1960). Pero su sello les insta a adoptar en sus discos un estilo más en consonancia con los gustos jóvenes del momento. Canciones procedentes de los primeros festivales, baladas italianas o suaves temas de Paul Anka, por ejemplo.
Durante 1961 editarán cuatro nuevos EP bajo el título genérico de “Festivales Españoles de la Canción”, aunque ni mucho menos todas las canciones incluidas en ellos tenían procedencia festivalera. En la contraportada de todos ellos aparece la misma leyenda publicitaria: “Santi y Julián, Los Gemelos, artistas jóvenes y universitarios, se han colocado en muy poco tiempo a la cabeza de nuestros pequeños conjuntos de la canción. Un original modo de decir y un extraordinario sentido del ritmo, convierten sus interpretaciones en algo siempre nuevo y atractivo. Una reciente gira por Canadá y Estados Unidos ha madurado su estilo del que en cuatro volúmenes dedicados a los festivales españoles de la canción, nos dan magnífica muestra. Todos los arreglos vocales e instrumentales son de los intérpretes y ellos mismos son los que cantan también las versiones a cuatro voces”. En los citados cuatro volúmenes mantienen la instrumentación basada en sus dos guitarras y en algunos casos suenan un tanto forzados y a contraestilo. Siempre que pueden, incluyen algún tema mexicano o sudamericano, que seguía en sus actuaciones su hábitat natural.
Aquel mismo 1961, una famosa actriz teatral llamada María Dolores Pradera da unos inciertos primeros pasos en el mundo de la música y tras un par de discos de nula repercusión, pone sus ojos en aquella “Flor de la canela” que primero Los 3 de Castilla y poco después Los Gemelos habían grabado. La canta con orquesta y supone su primer gran triunfo musical, pero quiere conocer a aquellos dos muchachos. El flechazo es instantáneo. Los Gemelos abandonarán su propia carrera para convertirse por décadas en las sombras de la Pradera. Al tiempo, ella se alejará de su prometedora carrera dramática para dedicarse casi por completo a la canción.
Desde 1964 sus guitarras y sus coros serán acompañamiento exclusivo de esta cantante que, como ella ha dicho tantas veces, debe buena parte de su éxito a Los Gemelos. De esa colaboración saldrían: ”Amarraditos”, “Fina estampa”, “El rosario de mi madre” y tantas otras canciones que saltaron el Atlántico para formar parte de nuestra herencia colectiva. También acompañarán en aquellos años a otra gran dama de la canción española, Nati Mistral. Con trajes oscuros, camisas blancas, corbatas de seda o pajaritas de terciopelo; abrazados a sus eternas guitarras, Los Gemelos serán el contrapunto elegante y discreto de recitales, giras y apariciones televisivas de María Dolores Pradera. Durante los 60, uno más delgado y otro más grueso trenzando arabescos sobre las seis cuerdas, durante los 80 dos personajes salidos del pincel de El Greco con perilla y traje negro.
Acompañantes de lujo, grabarían con otros artistas, destacando el LP hecho mano a mano con Los H.H.Añade este contenido y sobre todo el “Recital Hispanoamericano” (Hispavox, 1975) por Raphael y Los Gemelos. Este disco daría pie a una serie de memorables recitales en el Olympia de París, en los que el cantante va a prescindir de su habitual orquestón para presentarse únicamente acompañado por las guitarras españolas y las voces de Santi y Julián, capaces por sí solas de llenar teatros de varios pisos.
Pero Santiago y Julián López también tenían vidas al margen de la música. Ambos destacaron en sus profesiones y Santi sería durante muchos años profesor primero en la Escuela y después en la Facultad de Arquitectura. Precisamente esta vinculación vital a la universidad madrileña les lleva a fundar y dirigir la Orquesta de Pulso y Púa de la Universidad Complutense.
Al margen de su carrera como acompañantes, en la penumbra del segundo plano. grabarán dos LP como guitarristas. El primero de ellos, eminentemente folk será un poco conocido «A través de España» (Zafiro, 1970) en el que adaptarán distintos aires populares de nuestro país. Sin embargo, su mejor trabajo vendrá algo después, en 1976, con «Santiago y Julián» (Zafiro, 1976), una mágnífica muestra de música orquestal con las dos guitarras como protagonistas y arreglos de Pedro Iturralde.
En 1993 falleció Santiago. Su hermano siguió actuando en recitales, formando grupo con otros buenos músicos; pero ya nada fue lo mismo y se retiraría unos años después de los escenarios. Mención especial merece el esfuerzo recopilatorio de Rama Lama que rescataría del olvido los olvidados discos del dúo, publicando en 2004 el recopilatorio “Todas sus Grabaciones en Discos Carillón” (Rama Lama, 2004).
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