En los estudios Circo Perroti, propiedad de Jorge Explosión, se graba este CD que viene a culminar la actividad que Micky venía manteniendo en directo desde 2007. Acompañado de miembros de Doctor Explosión y otros grupos del underground, rebautizados como Los Colosos del Ritmo, vuelve por sus fueros de rocker para manufacturar un trabajo inapelable con el rock and roll como protagonista absoluto.
Guitarreo a tope, ritmos contundentes que no dejan respirar al oyente en «Con que sutileza» o «Miedo al vuelo», dos descargas rotundas, que tienen continuidad con una particular versión del viejo «Walkin´the dog» de Rufus Thomas en la que Micky se muestra blusero acompañado por una guitarra bien aquilatada. «Un nudo en el zapato» es una muestra del Micky showman, siempre bacilón, maullando y cantando a ritmo de country.
Un álbum sin fisuras ni desperdicio que sorprendió a los oyentes y confirmó que no estaban equivocados aquellos pocos que habían elevado a los altares de la mitología a este incombustible cantante, compositor que también se luce con la armónica.
Pocas concesiones al slow, uno de ellos es «Fríos», en la que el veterano cantante explota su intimismo baladista que otrora tantos buenos réditos le dio. En los mismos parámetros se mueve «La guerra de los carteles».
Pero si alguna canción define este CD es «Harto», un tema con el que Micky solía abrir sus conciertos y que es una demostración de rebeldía otoñal a ritmo trepidante, que muchos suscribiríamos y que el público corea con ese rabioso: «estoy harto». El mismo ritmo apremiante se repite en «La cuenta atrás» en el que teclados y guitarra se confabulan para acompañar a un Micky cantando como nunca.
«Los flashbacks del futuro» utiliza el riff de guitarra de «Raunchy», una de las primeras piezas instrumentales del rock & roll primigenio, una letra autobiográfica, aunque es uno de los números menos atractivos de este disco.
Dadas las buenas ventas que obtuvo su primera edición en CD, en 2012, Munster lo editó también en vinilo. Y uno, después de una escucha atenta, solo se le ocurre un comentario: «Qué bueno es el Micky cuando se le deja trabajar a gusto y sin presiones».