Versión en vinilo del LP que, aunque no pudo ver la luz en la época en la que el grupo, Escorbuto Crónico, seguía activo, salió en una cinta de cassette que acompañaba el nº 4 del fanzine Orín Desteñido.
Una auténtica ocasión perdida por parte de la discográfica Ja Ja Records, que aunque editaron el sencillo de debut «Documentación» (Ja Ja, 1982), se amedentraron por el endurecimiento que había sufrido la banda en el que iba a ser su segundo trabajo. Lo curioso del caso es que la iniciativa de sacar más material provino del propio sello y no del grupo, que no estaba particularmente satisfecho de la promoción del primer trabajo. De hecho, repetir edición suponía una derrota tácita ante la falta de otras alternativas.
Fue quizás con ese sentimiento con el que se metieron en los estudios Manzana, con asistencia de Eugenio Rubio en la grabación. La remasterización viene acreditada por Mario Pachón.
Nos contaba Zurda, el guitarrista, que su labor de esponja absorbiendo todos los palos que llegaban del punk británico les llevó a una muy personal evolución. Desde posiciones cercanas a las de propuestas de La Banda Trapera del Río, referente reconocido siempre por el grupo, el material del LP mostraba maneras más que interesantes que apuntaban al punk hardcore más abrasivo y el oi! más combativo.
«La Laguna debe morir» tiene velocidad, rabia y coros en los parámetros de estas vertientes más duras de la música de combate. Guitarras aceleradas como cuchillos y bajo galopante. Comparte con «La Laguna ciudad retrete» el carácter de escupitajo para su ciudad.
Querencias oi! son las que desarrolla al final «En nombre de España«, un auténtico divorcio para con todo lo que representa pertenecer a una sociedad con la que no se sienten para nada identificados. «Quiero ir a Roma a matar al Papa» es otro latigazo. Hardcore amenazante y vertiginoso que promete no fallar como el búlgaro Ali Agca. Uno de los mejores momentos del disco a mi parecer.
Donde me descuelgo un poco es con las versiones. «Woman» de Anti-Nowhere League me parece un derroche. Dan ganas de haber visto esa energía y velocidad en un tema propio. Vaya por delante, eso sí, que el original tampoco me parece lo mejor del repertorio de los británicos.
Sensación similar me viene con el destrozo que hacen a conciencia del «Let it be«. Sospecho que la idea era precisamente la de seleccionar uno de los temas más empalagosos de los Beatles para desgarrarlo a mil por hora. En alguno de las cintas con directos de la banda he tenido la ocasión de oir las presentaciones que del tema hacían incluía dedicatoria a «todos los mariconazos» (sic) que gustaban de los temas de los de Liverpool.
Más magnánimos se muestran al hacer la versión de «Las tetas de mi novia» de Siniestro Total. El caso es que lo endurecen en letras y música. No aparece en ningún lado, pero «Nada por la patria«, una canción enorme, es a todas luces y aun a riesgo de equivocarme, una versión del «Army song» de Abrasive Wheels, bastante buena además.
Presenta ligeras diferencias con respecto al contenido, orden y nombre de las canciones tal y como aparecieron en el fanzine tinerfeño. Así «Son una cagada«, un vertiginoso repaso de la repulsa que la sociedad bienpensante provocan en el grupo, se llamaba «No me mires figurín» en la cinta y «Las togas y los piojos«, rápida descarga de improperios para con los representantes de la justicia, tenía el explícito título de «La puta tu madre» en aquella primera entrega.
Por otro lado, este disco ampliaba la oferta con «Seguridad ciudadana«, un latigazo propio de artillerías como las de GBH, Discharge y similares y «Tele cáncer«, un tema grabado en un concierto semiclandestino dado en 1981 en el Colegio Mayor San Fernando cuando el grupo era todavía un trío con el Bola y el Lisón todavía en sus filas. De la misma actuación es «Peste negra blues«, que sí que estaba ya en la cinta original.
Un disco fundamental, que muestra una versión más dura (¿mejor?) del grupo. La portada además es un acierto, con la banda en el descampado de un barrio casi en ruinas. Todo se completaba con libreto de dieciséis páginas con fotos y una entrevista realizada a Zurda en 2002.