La mejor forma de desterrar los fantasmas interiores es plantándoles cara, gritándoles e incluso llegar a asustarles mostrando fieramente los dientes. Como el perro rabioso de la portada. Y como se muestra Fernando Alfaro en su primer trabajo bajo el nombre de Chucho, en compañía de Juan Carlos Rodríguez y Javier Fernández.
Engaña, no obstante, la primera "Conexión de hueso", con un inicio tan aparentemente inocente. Pero pronto suelta una descarga de distorsión y fiereza. Se podría decir que este primer trabajo de Chucho es una colección de canciones muy viscerales, que tienen la intención de asustar. Y también se muestran profundamente jodidos en "Esta es mi sangre", y en "Ladrándole al infierno", la cual tiene mucho que ver con la idea sobre la que hablábamos al principio.
Si tras la separación de Surfin’ Bichos, su líder se encontraba tocado y hundido, esta era la forma más honesta de revolverse ante tanta adversidad. Y aunque los problemas personales que afectaron a Alfaro tras la publicación de este EP retrasaron la salida de "78" (Virgin, 1997), no quedaba duda de que había forma de enfrentarse a ellos, tal y como lo hizo en su debut.