Llegar al gran público y ser conocidos a nivel nacional a veces puede tener una doble lectura; la lectura positiva es la más evidente: mayor número de ventas, más gente en los conciertos, más contratos, giras más largas, festivales, firmas de discos… la pega es que siempre estará el sector que te acuse de refinarte y perder tu esencia. Con esos no siempre es fácil lidiar.
Y aunque el sector crítico tenga cierta parte de razón -comparar el sonido de este disco con, por ejemplo, el de "Muy Deficiente" (DRO, 1992) basta para ver por dónde llegan las críticas-, personalmente no opino que se deba acusar a Platero de ablandarse. En esta ocasión, pese a que el sonido no sea el acostumbrado y pueda pillarte a pie cambiado en ocasiones, tenemos un set de canciones vibrantes y relucientes.
Basta ver las variantes que nos llegan a presentar; “A un tipo listo” te reta a seguir las notas traste arriba y traste abajo a una velocidad de vértigo, notas desafiantes que vienen bien acompañadas por unos acordes llenos de seguridad y aplomo. “No me hagas soplar” le pone el toque simpático al disco con algarabía festivalera (apoyada por Reverendo al piano) y una sorprendente “Marabao” de menos a más, dándole a los instrumentos con valentía y sin complejos, mientras Fito canta muy inspirado.
En temas como “Lo que os merecéis” la influencia de Uoho es más que evidente, guitarras pesadas, frenéticos riffs y solos de velociraptor; en “R&R batzokian” Fito canta por primera vez en euskera.
Y siguen los cambios de registro con eficiencia; en “Bobo” vuelve a sonar el hammond de Reverendo en un tema de corte muy Aerosmith, y como componer himnos siempre queda bien a la hora de hacer discos “Mari Madalenas” presenta su candidatura a temazo basándose tanto en su letra mordaz como en su estribillo simpaticote y la cortina sonora que envuelve el tema. Si la adrenalina sonara de alguna manera probablemente sería así.
Incluso después de todo esto, hay tiempo para incluir un tema crepuscular y melancólico como “Me dan miedo las noches” y un blues grabado en directo: “Mírame”, de nuevo con Reverendo echando una mano (y de camino dándole empaque a la canción).
Mirando el conjunto no podemos decir que el disco sea malo ni que hayan bajado el listón. Tenemos temas divertidos, de rock sano y juerguista; tenemos referencias a estilos americanos y británicos con los que la banda sintoniza, y además un blusito la mar de apañado. Y ninguna canción entra mal porque los Platero se vacían en cada disco dándonoslo todo. Una vez en la cima incluso tuvieron tiempo de contestar a ese sector crítico, ese sector que apenas nadie ya recuerda.