Con canciones de Isidro Sánchez, igual que en su primer exitoso single, Arena Caliente afronta su segundo disco. No caen, o al menos no caen en exceso, en la tentación de repetir producto y recurren a un tema de mayor carga épica que “Mátame” (CBS, 1972). Siguen cantando al unísono y sacando buen partido a su acento sevillano. La melodía suena un tanto oriental y los arreglos pecan un tanto de barroquismo y para resolver el final repiten la fórmula del fade out; es decir, de ir bajando progresivamente el volumen hasta la nada sobre la repetición sucesiva de la frase más reconocible del estribillo. La canción se defendió relativamente bien en las listas de ventas, pero anduvo muy lejos de revalidar su anterior triunfo.
Cuando cabía esperar una pieza rápida en la cara B, el cuarteto se marca otra balada dolorosa con muchas capas de envoltura orquestal. Una canción de aire muy parecido al de la cara A, aunque con menos pegamento para el oído.