"Su" (Sony, 1995) supone el final de la trilogía inicial en la queAntonio Arias y los suyos ponían de manifiesto sus planteamientos musicales. Junto con "Hipnosis" (Romilar D, 1991) e "Inercia" (Sony, 1992) "Su" viene a continuar ese viaje sin concesiones por el rock enérgico y ruidoso donde se dan de la mano los Stooges y muchas de las propuestas americanas del momento (aquello que los periodistas llamaron grunge).
Pero en "Su", tal y como ocurría en su anterior obra, están mucho más presentes las vacas sagradas del indie americano, y que, asimismo influirían en aquel grunge tan de gusto por las masas que habían asistido llorosas al suicidio de Kurt Cobain tan sólo un año antes.
Sí, en "Su" la sombra de Sonic Youth es muy perceptible. Pero, no nos engañemos, es una sombra acogedora y fresquita que conviene buscar. Lagartija Nick se deja llevar por el sonido de los neoyorquinos desarrollaron en "EVOL" (SST, 1986), "Sister" (SST, 1987) y "Daydream Nation" (Enigma / Black First, 1988), sin olvidarse de su continuación "comercial", "Goo" (DGC, 1990), donde el grupo de Thurson Moore se acercaba más al pop, sin perder ni una gota de su fuerza.
Esta es la influencia, pero Lagartija Nick es otra película: la mayor influencia de Sonic Youth es la inquietud y un sonido, más que potente, agresivo. En "Su" se muestran violentos tanto musical como líricamente, mucho más si cabe que en el excelente "Inercia". La increíble "El amor es la víctima" se deja llevar por esa furia sónica, rápida, ruidosa y, sobre todo intensa. "Estratosfera", que abre el álbum con una batería sesentera de Eric Jiménez (uno de los grandes valedores del sonido de este álbum). "Úsame", acorde con el nihilismo tan en boga en la época, la muy "nirvanera" "Conmigo crece el caos" o la preciosa "La curva de las cosas" (gran clásico del grupo) no dejan de ser redondas canciones de rock.
El colofón oscuro de "Su", seguida de la rápida "Doble imagen" cierra un disco sólido, sin concesiones, donde el grupo perfeccionaba su sonido y se mostraba listo para nuevos cambios que no tardarían en venir.