Vuelven a golpear los Inadaptados pasado el tiempo, con ganas de saldar viejas cuentas pendientes. Los de Lanzarote lo dejaron a finales de los 90 cuando tenían ya los temas grabados para editar un disco que, sin embargo, no llegó a ver nunca la luz. Pero han vuelto con fuerzas renovadas y golpeando incluso con mayor pegada que entonces, dando como mejor saben, con rock pantanoso, rezumando grasa y convenientemente endurecido con unas guitarras que suenan más amenazantes que nunca.
Esta nueva entrega con la que se redimen de todas las penurias de años atrás la grabaron en directo en los Néptar Estudios en Arrecife (Lanzarote) en agosto de 2017. Ane Fernández, su responsable, corrió al cargo de todas las cuestiones técnicas, y junto a la misma banda, se encargó de las mezclas. Dejaron la producción ejecutiva en manos de Yotti Delgado, responsable de Los Ochenta Pasan Factura y la masterización en las de un veterano como Mike Mariconda. Las fotos del interior se las hizo Adriel Perdomo y para la portada contaron con la colaboración de Mik Baró, un auténtico especialista en estos palos.
Para su confección, rescataron de aquella grabación de 1998 que hicieron en Teguise y que habían quedado olvidados, los temas que más gustaban a todos, los que siguen tocando en los directos que dan en esta nueva etapa. Es así que, por ejemplo, «En el desván» y «A solas contigo«, encontrarían acomodo en una versión mejorada en esta nueva grabación.
Se muestran intratables, con ganas de pocas bromas, cuando piden que continues («Sigue así«) o cuando avisan de que sus gustos son algo salvajes («A solas contigo«). Transmiten el miedo a su interlocutor entre atmósferas cargadas de sumbidos de electricidad emanando de sus guitarras.
No quieren definir de manera estricta su música, pero momentos «Ed Gein» suenan al psychobilly más oscuro y denso. Tampoco les hace falta apretar el acelerador, por mucho que en la portada les haya retratado montados en un coche de los de motor trucado para rugir. Su potencia la desgranan al plantear, como los Cramps, ambientes lentos, viscosos y claustrofóbicos como en «El gallinero«, historia de gallos, gallinas y comadrejas en el transcurso de la noche.
«La venganza de los muertos«, para el que utilizan letra de Pablo Rebelión, es probablemente uno de los mejores momentos. Tiene algo del punk que le ponían Parálisis Permanente cuando cantaban de sus matanzas en Texas.
Suenan contundentes. «Basurero» no es simplemente rock clásico chulesco, sino que viene arropado con un auténtico muro sónico que trasciende el estricto panorama rocker. Y precisamente ésa es una de las bazas que esgrimen Inadaptados.
«El desván» es también puro Cramps, pero el arranque de «El hombre oscuro» hace pensar en propuestas más cercanas a un rock de mucho más alto octanaje. Lo dejan terminar entre feedbacks y chispazos de electricidad en lo que casi susurran amenazantes «El hombre oscuro es la respuesta«.
Cierran el disco con «Amor zombie«, aumentando así la cuota a menciones de ultratumba tan características de un género que se empeña en escarbar en los rincones más sórdidos del rock and roll.
Un disco más que interesante. Imprescindible para los amantes del psychobilly a los que los canarios ofrecen un giro de tuerca más a partir de guitarras de rock más duras y electricidad, mucha electricidad con la que cortocircuitan más que acabar casi todos los cortes. Da pánico pensar que no habría visto la luz en el caso en el que Inadaptados no hubieran decidido volver a empuñar las armas.