Cronológicamente este single se queda en terreno de nadie. Fue grabado por Micky con sus Tonys, pero publicado sólo como Micky, ya que en ese ínterin el grupo se había disuelto definitivamente.
Una letra que protesta de una sociedad, que ya en 1970 estaba empezando a sufrir el azote inmisericorde de la publicidad desmedida y su venta de felicidad a plazos. La canción sobre un coro femenino que repite el título, se estructura sobre una interpretación irónica del cantante trufada de eslóganes de los más variados productos: vacaciones, frigoríficos, transistores, refrescos, pasta de dientes, etc.
La propuesta de la canción tal vez no fue entendida y el disco pasó simplemente como una ocurrencia graciosa de El Hombre de Goma. Tampoco Zafiro-Novola se curró mucho una promoción que, salvo improbable éxito mayúsculo, parecía condenada a no tener continuidad, al menos en ese sello. Como así fue.