Aunque la formación sufre cambios tras la grabación de «Paisajes Nocturnos» (DRO, 1982) -Daniel Mendialdúa es sustituido al bajo por Pablo Vega-, Alphaville mantiene sus esquemas iniciales a lo largo de estos cuatro cortes: oscurantismo, miedo, dolor, muerte, guitarras atmosféricas y teclados misteriosos.
El primer tema del disco, «Nijinsky (el loco)«, condensa las dos vertientes de la banda, la más oscura y la más luminosa. Tras un inicio siniestro y grandilocuente con recitados en ruso aparece su cara más festiva con teclados contagiosos y cuerdas frenéticas. En el single «La Escalera» (DRO, 1983) incluirán como cara B una versión instrumental del corte.
El empleo de otros idiomas y las constantes referencias cultas de sus composiciones hicieron que no poca gente los tachase de pretenciosos. Algo que considero injusto, ya que el que siguiesen unos patrones poco convencionales y que transcribiesen al papel sus inquietudes y devociones personales no debería ser nunca un motivo suficiente para juzgar a nadie.
Las atmósferas oscuras llegan con «El modelo de Pickman«, una fiesta negra con arreglos brillantes, danzas macabras, voces siniestras y el diablo correteando por la habitación. Las guitarras, acústicas, ganan protagonismo en «Paisajes nocturnos«, un gran corte con cadencia new wave, y los tintes siniestros llegan para bajar el telón con «Ataque lateral«: «De pronto todo se desencadena / al fin la destrucción / no me esperaba ese tipo de ataque lateral / ese descuido me ha costado la vida / es el final«.
Un nuevo paso adelante de una banda que con cada trabajo alcanza nuevos niveles.