Muy poco tardaron los navarros de Rotten XIII en estar listos para grabar material El mismo verano de 2017, año en el empezaron la banda, entraban en los estudios Sound of Sirens para dejar listo los temas que conforman este su disco de debut.
E igualmente tampoco es tan habitual encontrar tan bien plasmadas ya en un estreno las bazas en las que la banda se apoya para forjar, no ya sólo su sonido, sino un sello o carácter.
Y es que los navarros hacen saber desde el principio la importancia del aire rural en su manera de entender su música. El diseño de la portada con la foto de las alpargatas del traje regional, la de la contra con el grupo apoyado en unas alpacas y las repartidas por el interior del libreto ponen el marco de pueblo pequeño por el que tan orgullosamente sacan pecho. Asimismo el guiño desde la intro inicial a Benito Lertxundi, y el mismo título de la canción, habla de la alta consideración hacia el cancionero vasco popular.
Es un arranque sobresaliente que tiene una gran continuación en «Madelman». De hecho la primera cara transcurre con composiciones apoyadas con pegadizas líneas melódicas, y con el grupo comprometido en sostener con coros la tensión. En un texto en el que la banda describía su música como si de un folleto de una bodega de vinos se tratara, hablaban de un «Oi! dulzón». Y efectivamente el de Rotten XIII no es un Oi! al uso, conserva eso sí esa tendencia a cánticos entre amigos en la barra de bar («Alkohol ta barre artean»), ese frenesí de pero enseguida se aprecia una energía similar probablemente a la que derrochaban Stiff Little Fingers o aires como de Undertones.
Vuelven a acercarse al folclore vasco al final «Odolak dakar urrea», y cuando lo hacen es lícito pensar en las explosiones de The Pogues cuando se apoyaba en el cancionero irlandés tradicional. Orígenes y sentimiento claro de su procedencia desgranados en las letras de «Baskonia» (con estribillos de los que se quedan enganchados en la mente para ya no salir) o de «Baga biga Oi!». De igual forma tienen claro haber llegado una vez que el rock radikal vasco estaba acabado hacía tiempo, pero como indican en «Gili», ellos están aquí.
Muestran un decidido compromiso en el capítulo de las letras, dedicando espacios para la comunidad afroamericana, el papel de la mujer, presos…. hasta expresan su repulsa hacia el fútbol moderno. Y si The Police tuvieron a Roxanne y Korroskada a Josefina, Rotten XIII hacen lo propio con Marlen.
Un disco que acierta en cantidad de aspectos. Todo un ejemplo destacado de una nueva generación de bandas que están renovando la escena punk vasca.