Un año después de su debut en solitario y sin abandonar el resto de proyectos, Raül Fernández regresa con una nueva entrega de Refree. Su segundo larga duración, “Nones” (Acuarela, 2003), presenta un disco más homogéneo y propio, con el que además conseguiría el favor de la crítica siendo nombrado mejor disco nacional del 2003 según Rock de Luxe.
Terriblemente bello, enternecedor, emotivo y directo, como el calor de un bofetón o un beso. “Nones” es el reflejo perfecto de “Quitamiedos” (Acuarela, 2002), circular y continuo. Sin sobresaltos, se abre con el arrullo musical y vocal de «Les soldats perdus” . Un piano que acompañará desde ese momento cada paisaje, y que en este inicio se torna absoluto culpable de la nostalgia sugerida y la neblina creada en torno al corazón.
Piano y levedad vuelven a encontrarse en “El reloj”, con un ritmo acompasado que marca el transcurrir de los segundos, el instante, la angustia del tiempo que pasa y no regresa, no cuenta. De la historia que tal vez no puede ser perfecta.
El jazz, el ritmo y el amor por este impar se hacen físicos en su tercer corte, “Inventario”, donde Refree cuenta con la breve pero esencial colaboración de Irene Tremblay (Aroah) que también interviene en “Cuarto deseo”. Un escaso instante le sirve para conquistar con su delicioso tono de voz, que torna de un regusto final a esta lista caótica secada al sol, que se erige como uno de los primeros temas en tararearse sin darse uno cuenta, como suele suceder con las buenas canciones. Buenas canciones como “La trampa”, tema esquelético, de algo más de un minuto, donde la fuerza de lo visual es tan real que llama a la náusea.
“Nones” también es, dentro de ese sonido mediterráneo arrabalero y sofisticado al mismo tiempo, el embrujo del catalán. La mitad que lo completa. Encontramos así, sin crujir ni chirriar, idas y venidas de un idioma a otro, que no pierden en el salto emotividad ni circularidad en esa esfera que compone el disco. Un intenso y profundo deambular entre lenguas y estados de ánimo que Refree hace deliciosamente sensible y adictivo.
Una obra para descubrir y disfrutar.