Mediterráneo tira por el terreno más trillado con este disco de nombre y contenido premeditadamente comercial, que va a conseguir en buena medida sus objetivos. Las complejas instrumentaciones de antaño se ven aquí sustituidas por ritmos bien marcados con escasos solos y acompañamientos ramplones y con poco desarrollo, vamos que tiran pa’lante, terminando igual que han empezado sin variaciones por medio.
Ritmo de ska a raudales para la canción que abre y titula este LP, que se convertirá en una de las más escuchadas aquel movido verano del 80 en el que en mayor o menor medida todos nos apuntábamos a eso que empezaban a llamar La Movida. Con el mismo patrón, encontramos en la cara posterior “Talón sin fondos”. Meneo discotequero es lo que demanda “Pido la palabra” con una guitarra ritmo a tiempo y un teclado a contratiempo sujetando el armazón. Otra letra que habla aproximadamente de nada, alejada de los mensajes críticos que el grupo deslizaba en álbumes anteriores.
“Vuelve pronto” es el momento de relax baladistico del LP. Un tema lento con la buena voz de Víctor navegando sobre un mar anodino de teclados con largos acordes. En el extenso puente instrumental solo de guitarra con guarnición de chiribitas sintetizadas. Caribe mediterráneo en “Desayuno en Campello”, uno de esos temas prácticamente instrumentales con aires santaneros en la guitarra, el bajo y la percusión, que tanto prodigaba el grupo en sus directos y de los que siempre deslizaba alguna muestra en sus discos de larga duración.
La sombra de La Movida Madrileña era alargada y llegaba hasta Alicante. Aunque Mediterraneo poco tiene que ver con los conjuntos adscritos al citado movimiento, temas como “Consumo” bien podrían haber encontrado acomodo en cualquier LP de los principales grupos capitalinos de aquel 1980, año fundamental en la evolución de la música española. Con descaro comercial y continuas referencias a la geografía alicantina nos tropezamos con esta “Orgia de Neptuno”, salsa mediterránea destinada al aliño de chiringuitos playeros y discotecas de paseo marítimo. La pieza no es gran cosa, pero está perfectamente concebida e interpretada y seguramente marca la cima más hortera alcanzada por estos magníficos músicos. Vamos, que Georgie Dann podría haber hecho virguerías con un tema así.