Mini-LP de solo seis temas cuya única pega es precisamente la corta duración de este disco, editado dos años después de «Ladridos del Perro Mágico» (Big Bang, 1999), y un año antes de «Música Celestial» (Big Bang, 2002).
Pero solo seis temas le bastan a Lapido para demostrar que lo apuntado en su primer trabajo en solitario no era flor de un dia. Después de unos cuantos conciertos ya como cantante, se le ve más seguro de si mismo interpretando, y se nota en que es menos irregular de una canción a otra. Quizá en este disco no haya tantas canciones de las que se te adhieren sin poder evitarlo, pero va ganando con cada escucha atenta.
El disco se inicia con la homónima «Luz de ciudades en llamas», una muy buena canción, aunque tampoco de las más brillantes de Lapido. El nivel se mantiene con la muy interesante musicalmente «Piedras y palos», pero probablemente el mejor momento del disco llega con la potente «Alguien vendrá», en la que Lapido busca con furia respuestas a tantísimas preguntas, dudando de si todos los buenos momentos de la vida son reales o no.
«Jeroglíficos» y «En mi mente» son dos buenas canciones más, pero el otro punto cumbre del disco viene ya con su final: pausada pero intensamente Lapido nos anuncia «El principio del fin» mediante sus personajes de circo y biblia, y sus caminos por recorrer.