Editado por el subsello Emercy y distribuido por la Universal se publica este CD. Este disco es la historia de una amistad mantenida por encima de océanos de tiempo y distancia. La amistad entre Paco Ibáñez y Soto, el pintor venezolano que conoció en París y junto al cual hizo sus primeras armas musicales, fundando el trío Los Yares que cantaba música sudamericana en L´Escala. Luego cada uno siguió su camino. Paco se convertiría en la voz libre de España y Soto en director de la Escuela de Bellas Artes de Maracaibo y uno de los pintores sudamericanos de mayor reconocimiento internacional. Una amistad que arranca en 1956 y llega hasta hoy y que se plasma en este disco cantado a dúo. Paco cambia los romances, las nanas las polifonías vascas y los ásperos aires castellanas por cuecas y zambas, por valsecitos y cumbias en una auténtica fiesta íntima de reencuentro.
Llaman la atención escuchar al maestro Ibañez cantando a la “Señora María Rosa” que popularizó la Pradera o “Piensa en mí” que compuso Agustín Lara “El Flaco” y que siempre asimilamos a Luz Casal o ese “Piedra y camino” de Yupanqui, que en los años 60 con mucho morro versionaron Los Albas. Imposible pasar sin mencionar ese cuadro colorido hecha canción que son los “Paisajes de Catamarca” que cantaron como nadie Los Chalchaleros. Un disco en el que, seguro, los interpretas gozarían lo infinito grabándolo y que intentan transmitir ese gozo al oyente que escucha las canciones que tantas veces escuchó de otras bocas en las voces de dos veteranos amigos.