Con el lanzamiento de su primer largo, El Inquilino Comunista se convierte en uno de los primeros grupos independientes que tiene repercusión entre la prensa especializada. Su sonido no es innovador -guitarras ruidosas y emocionantes que beben del underground americano- pero el grupo además de beber de referencias obvias como Dinosaur Jr., Pixies, Pavement o Sonic Youth, fue una influencia para multitud de grupos que surgieron en los siguientes años -aún hoy en día Triángulo de Amor Bizarro los nombran como una de sus influencias- y con talento de sobra como para quedarse en mera copia de estos, gozando de un gran reconocimiento entre ellos, con los que compartieron algo más que escenario y elogios.
El disco, grabado en Le Chalet, Bourdeaux (Francia) y producido por el propio grupo con la ayuda de Thierry Duvigneu en la subproducción, trae frescura, aires nuevos que limpiaron nuestras caras en forma de doce cortes, directos y urgentes, cortos y frenéticos, que traen la melodía envuelta en tormentas eléctricas y guitarras distorsionadas.
Abre el disco “Brick” tema instrumental que aúna distorsión y melodía, contundencia a base de riffs repetitivos y las pausas necesarias para encauzar la electricidad. “Brains collapse” es uno de sus temas más conocidos debido a su incursión en la banda sonora de la película "Historias del Kronen" (Montxo Armendáriz, 1995), texturas noise para tejer uno de los mejores cortes de un disco en el que a uno le cuesta quedarse sólo con tres canciones.
En “Charlotte says” y “Domestic lies” el ruido y la distorsión alcanzan cimas entre las que planea la melodía. “Angels heart” trae ecos de The Jesus & Mary Chain, “Cross the bridge of southern accents / reads the skies of angels hearts / desire is violence at the edge of dark”. “The fall” es uno de los temas más destacados del disco, una composición oscura para crear atmósferas electrificadas, “Falling, falling, drinking, smoking, drawing… / I tripped in yours”.
Cierra el disco “Shot song”, reposada pero manteniendo la emoción, trayendo una sencillez intensa que después de tormentas eléctricas nos lleva a la calma.
“El Inquilino Comunista” (Radiation, 1993) es un gran disco debut, uno de los discos más importantes de los 90 y una de las cimas del noise-rock patrio. Su siguiente largo, “Bluff” (Radiation, 1995), continuaría brillando a gran altura.