“¿Sueñas o no?”
“Dibujos Animados” (Polydor, 1985) es su disco de madurez, el sonido se profesionaliza y alcanza una limpieza de la que carecían sus trabajos anteriores. Las voces permanecen en primer plano, dejando que sean las letras y las entonaciones de Antonio y Nacho los ejes centrales de cada canción. El sonido se enriquece con trompetas, teclados electrónicos, sintetizadores y la gran producción de Peter McNamme. Con todo, podemos decir que el último de Ñete con la banda es un gran disco, que gana enteros con respecto al irregular “Más Números, Otras Letras” (DRO, 1983). El cambio de discográfica les sienta muy bien, y la calidad de las canciones sube con celeridad.
Nacho abre con “Grité una noche” y sentimientos de ausencia, su voz da botes y nosotros con ella, contentos de que se recuperasen la energía y la frescura que tan bien les sentaban a las canciones del grupo. Llama la atención la orquestación del tema con vientos que suenan acertados y ritmos de guitarra con aires reggae. Tras ella suena “Lo que tú y yo sabemos” y el carácter más pausado y melancólico de Antonio se va apoderando del grupo, en está ocasión con la incomunicación por bandera: “Sólo al final / cobra sentido la soledad / cuando el silencio es total / queda el espacio para pensar / y después, a la hora de volver / conservar el secreto en mi poder / algo que tú y yo sabemos / algo entre tú y yo, no hablemos”.
“No me olvido” esta firmado por los dos primos, con una letra que trae recuerdos del pasado, “momentos que de pronto vuelven / nunca se pierden” canta Nacho envuelto en dulces riffs de guitarra. Los dos repiten en “Con tal de regresar”, esta vez interpretada por Antonio entre luces y sombras, las guitarras ganan presencia generando atmósferas borrascosas. El preludio perfecto a “Relojes en la oscuridad”, el gran tema del disco. Un ritmo anfetamínico, pop fresco y desenfadado con una riqueza instrumental que demuestra la madurez adquirida. Destacando la sección de vientos, los ritmos acústicos de guitarra que se cuelan entre la electricidad como luces que atraviesan de forma furtiva la oscuridad y una letra para el recuerdo, “He aprendido a ser una pieza más / un eslabón en la oscuridad / hay una forma de parar el tiempo / desordenando la evolución”. Existencialismo pop con un estribillo genial.
La intensidad disminuye con “Sácame”, corte sin brillo en el que Nacho lo intenta pero no consigue alcanzar la emoción y las guitarras se pierden sin trascender, pero lo vuelve a intentar con “Nuevo plan”, buscando espacio y claridad y obteniendo mejores resultados, la sofistificación alcanza sus composiciones y los desarrollos evolucionan del power pop inicial a una mayor riqueza estilística. “Hay una zona / hay un sitio no de moda / no hay gente alrededor / sólo sus huellas”.
Antonio cierra el álbum con dos grandes composiciones, los amores imposibles que nos hacen dudar entre realidad y ficción, amores que nos quitan la razón en “Sentado al borde de ti” y la preciosa “Cada uno su razón”, encuentros y desencuentros en esta historia de amor entre dos formas distintas de pensar, entre dos corazones que se encuentran con la esperanza de mantener cada uno su razón.
Sin lugar a dudas, “Dibujos Animados” es uno de los mejores discos de una banda que se encuentra en uno de sus mejores momentos creativos, como confirman con su último disco de estudio, “El Momento” (Polydor, 1987).