Tras su experimento de «Oteiza» (El Genio Equivocado, 2013), un disco conceptual inspirado en la obra del escultor vasco Jorge Oteiza (1908-2003), Hans Laguna vuelve al formato canción.
Un trabajo gestado entre Australia y Barcelona, grabado bajo la supervisión de Cristian Pallejà y Ferran Resines; de la masterización se encarga Javier Roldón (Vacuum Mastering). Un trabajo íntimo y personal… desnudo. En él, Hans Laguna nos cuenta sus conflictos internos, sus miedos, dudas y temores. La voz y las letras son las verdaderas protagonistas de un disco con un sonido suave y minimalista, el objetivo era “amalgar con naturalidad cajas de ritmos y trompetas, banjos y sintetizadores“.
Nos encontramos cortes íntimos y desnudos como «Dos o tres«, canciones reflexivas sobre la vida y las luchas interiores que todos tenemos… «Hay tantos bailes que puedo aprender / de imaginarlos me duelen los pies / tantas personas que puedo ser / sólo pensarlos me pica la piel«.
«Mis días» es un empeño en vano, la lucha y la pérdida de energía en un imposible… «A pesar de que sé muy bien / que jamás la encontraré«. En «Animal racional» se acerca a la bestia que tiene encerrada en su interior, una bestia que quiere salir… «Mi cerebro y mi piel se tienen miedo / no se llevan bien… Mis ideas y mi sudor / son una fiera y un domador«.
«La red» suena sincera -«Antes de ti / parece que no había nada / pero no es verdad: antes me tenía a mí«-. La dicotomía soledad-pareja, convivencia-abandono.
Por todo el disco planean la poesía y las reflexiones directas cargadas de sinceridad. También nos encontramos con declaraciones de intenciones como la de «La última vez» -«haré un esfuerzo, lo intentaré / seré más fuerte que ayer«- y dudas metafísicas como las de «Preguntas y respuestas» -«¿Cuánto nos queda?«-.