Crimen, Sabotaje y Creación

Disco importante en la trayectoria de Lagartija Nick. Tras un largo período siguiendo trayectorias divergentes, Antonio Arias logra volver a reunir a Eric Jiménez a la batería y traer de vuelta a Juan Codorníu y a M. A. R. Pareja a las guitarras. Se conforma así, por tanto, la alineación de los comienzos con el apoyo de J. J. Machuca a los teclados.  De esta guisa, no sólo ejecutan en directo los discos de la primera etapa en los 90 si no que acreditan la capacidad de la banda para seguir produciendo material nuevo.

Han pasado apenas dos años desde el fallecimiento de Jesús Arias y con la mente puesta en el hermano de Antonio, recuperan y adaptan al sonido de Lagartija dos de los temas que éste compusiera para su proyecto QüasarAñade este contenido, «Europa, Europa» y «Agonía, agonía», en los que además es bien reconocible el gen de T.N.T.

Es precisamente este último corte el que extiende la urgencia e intensidad que sugiere el comienzo de una sobresaliente «El mapa de Canadá». De hecho, el tono se mantiene casi constante en esta primera parte del disco.

De sobra es conocida la afición de Antonio por mirar a los cielos e interrogarse por los astros (véase por ejemplo toda su saga de Multiversos). En esta ocasión se pregunta por la posición que ocupa el Sol a medida que pasan los días cuando lo contempla desde el mismo puesto de observación para componer «Analema».

En una mezcla variada de sonidos y detalles no falta como ingrediente relevante los elementos flamencos, presentes en «La soledad es política», «Soy de otra Andalucía» y en la subyugante «Leyenda de los hermanos Queroz», un relato sobre el maqui. Todas ellas muestras evidentes de la trascendencia de la mirada de la banda sobre cuestiones mundanas y políticas, más allá de su innegable vocación poética hacia detalles más contemplativos.

Poéticos y teatrales, como las menciones, por ejemplo, a Federico García Lorca y el término de «teatro bajo el agua» que acuñaría en su obra El Público (1930).

Echan el telón con «Exilio / Adagio súbito», que es una verdadera preciosidad que se extiende más allá de los diez minutos . Tejida a partir de melodías deliciosas y una línea vocal suave y comedida para, en la mitad, y por medio de ruido de motos, dar paso a una versión más orquestal.

Una manera de terminar más que sobresaliente un disco con el que celebrar el retorno creativo de la primera formación de Lagartija Nick.