De nuevo problemas para encontrar un sello que edite este «A Plena Sombra» (Autoproducido, 2001), por lo que deciden autoeditarlo sacando una edición limitada a 300 ejemplares para su círculo de seguidores. Un disco en el que los tratamientos vocales mejoran así como los desarrollos instrumentales electroacústicos, que se enriquecen a base de nuevos matices como esos teclados con espíritu clásico.
“El mismo sol” se abre al intimismo y a la pureza, a la sencillez de una guitarra acústica y una letra interpretada por Carlos Rego con una desnudez que pone los pelos de punta. Canciones como “Nada que mirar” dejan patente una clara evolución en su sonido y el acercamiento de Carlos a su madurez compositiva.
El corte estrella del disco es «Maldito», la vida contada por el que está de vuelta: “Esto es ser feliz / si lo sé no me esfuerzo tanto en llegar aquí… sin mis problemas y mis penas qué pinto yo”. Un corte que podría estar firmado perfectamente por Josele Santiago –Los Enemigos-. Los aires enemigos se mantienen en “Holgazanear”, eso sí en una vertiente swing.
Los detalles están más cuidados que nunca e incluso las canciones más sencillas tienen un brillo especial. Canciones como “Despedida”, “Seis días” -con marimba incluida-, “Como la nube” -atención a los metales- se sitúan entre las mejores composiciones de los orensanos.
Una pena que su carrera se viese truncada por la falta de oportunidades, porque la calidad siempre les sobró.