Para ganarse la vida como músico de hoteles costeros a veces hay que tocar los más bajos instintos del desprevenido oyente guiri. Canciones de sangría, paella y chiringuito para este sencillo que Los Sayonara (sin ese esta vez) grabaron para consumo turístico. Y es que los músicos tienen la perniciosa costumbre de comer todos los días y a veces hay que recurrir a discos como éste para vender durante las actuaciones veraniegas.
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