“’Salmos de Muerte y Gloria’ representa una aportación juvenil, original y actualizada en el horizonte de nuestra música religiosa y aspira a prestar un servicio eficaz a las asambleas cristianas que buscan cauces fieles a su tiempo y, a la vez, populares para cantar comunitariamente el más grande misterio: la muerte y resurrección de Cristo”. De esta forma comienza el texto que ocupa la contraportada de este disco. Un cantoral religioso destinado a la liturgia; es decir, a su uso, en celebraciones religiosas. Todos los temas aquí incluidos fueron compuestos por Ricardo, algunos de ellos basados en textos bíblicos. El protagonismo lo lleva la Semana Santa, pues excepto “Salmo 117”, “Cántico de gloria” y “Canto del siervo de Yaveh”, el resto pertenece a esta celebración.
Además de la voz de Ricardo, escuchamos al coro de las HHT (Hermandades del Trabajo) y acompañamiento orquestal. Por tanto, nos encontramos con un cantoral religioso para solista masculino y coro, que normalmente se reserva el estribillo en forma de contestación a la estrofa del cantante principal.
La voz de Ricardo ha ganado en profundidad y graves, convirtiéndose en una auténtica voz de viejo profeta bíblico. La instrumentación se utiliza como mero acompañamiento en el que destaca algunos detalles de flauta, un instrumento omnipresente en casi todas las piezas. Las líneas melódicas son simples y poco exigentes, calculadas para ser cantadas sin dificultad durante los oficios religiosos.
Ilustro este comentario sin entrar en mayores valoraciones con “Donde hay amor”, tal vez el tema de melodía más pegadiza, “Pueblo mío” y “Te ensalzaré, Señor”, dos cantos con bastantes similitudes entre sí.