Todo el revuelo azuzado por el ABC tras la participación de la banda en Caja de Ritmos (si bien es cierto que la emisión no fue en la franja más adecuada) lleva consigo que Dos Rombos se apresure a consumar los dubitativos flirteos que había mantenido con las Vulpess previamente. Así, en una acción un tanto vil, el sello madrileño desvirga, musicalmente hablando, a las rebeldes zorritas, no sin antes encargarse de añadir una ese más en el nombre de la formación, como si fuera necesario echar más leña al fuego. En la contraportada, un collage con diferentes noticias publicadas en la prensa a raíz del escándalo. Todo queda dicho.
Grabado en Madrid, y ayudando como segunda guitarra Guille UVI (que también les acompañó en varios conciertos), lo cierto es que el sencillo es mucho más inocuo de lo que por las dimensiones de la polémica se pudiera pensar. Si, se grita (y mucho) zorra, pico y polla. También cabrón y mamón. Pero como se suele decir, no ofende quien quiere, sino quien puede. Y la verdad es que, también es cierto que desde la perspectiva que otorga el tiempo, la cancioncita de marras resulta ahora más simpática que otra cosa, incluso rayando la zafiedad.
La Cara B es la típica canción anticlerical con un sonido punk enérgico más cercano a los Sex Pistols que a los Clash o los Ramones. Un punk podrido y degradante, ruidoso y visceral con el que, sin comerlo ni beberlo, estas chicas pre-adolescentes se elevaron inmerecidamente a la categoría de mito, al mismo tiempo que arruinaban su carrera musical. No con todo esto quiero restar valor al hecho de que cuatro señoritas en 1983 se encargaran de ir provocando con asuntos punk, abogando por el libertinaje femenino, la masturbación o el consumo, ni mucho menos. Solo que líricamente no están a la altura de la leyenda. Como se les dice a los niños chicos, sus palabras abultaban más que ellas mismas.
Y los Stooges les quedaban no grandes, grandísimos (pero bueno, ¿a quién no?).