Un primer álbum puede ser una búsqueda, el esbozo de un sonido y la pretensión del mismo. Pero también puede ser la formulación finalizada, el logro completo del mismo, la presentación madura e incluso terminal del estilo de sus autores. En este último modelo cae con perfección “La Flaca” (Virgin, 1996), estreno de Jarabe de Palo en el que nos presentan a la banda ya no solo con una idea muy clara de lo que quiere, sino expuesta tal cual en unos parámetros que les definirán en esencia y al que remitirse al afrontar posteriores obras.
Fue, según se contaba en su momento, tras un viaje a Cuba que Pau concibió “La flaca” y el enfoque que quería dar a estas canciones. Recogiendo ritmos y cadencias de la mayor isla del Caribe y otras tantas a lo largo del continente americano, estas se mezclan con el pop y el rock de toda la vida para dar como resultado este LP. Es, sin duda, la canción que le da nombre la más sobresaliente del conjunto, al punto de que, a pesar de que Jarabe de Palo ha logrado múltiples éxitos durante toda su carrera, ninguno ha calado igual que caló ese primer hit.
Otra particularidad del grupo son sus muy identificables letras, sencillas y claras pero enriquecidas con un personal toque irónico en muchas ocasiones. También, en ciertos momentos, se percibe cierto poso oscuro, melancólico y/o pesimista que borra ligeramente la idea de “producto fácil”. Pese a ello se trata de un disco comercial y directo, bien perfilado y, por qué no decirlo ya, el mejor de Jarabe de Palo de toda su carrera. “Desamor”, “Grita”, “El lado oscuro”, “Vuela” y demás construyen un conjunto que el grupo no ha conseguido igualar y que en su siguiente entrega se limitó a copiar.