Segunda entrega en forma de disco de larga duración tras el combativo debut que supuso «Bide Bakarra» (Puzkarra, 2007). En esta ocasión los vascos fueron a grabar a los estudios Santos en Ondárroa (Vizcaya).
La portada muestra a los componentes de Orreaga 778 escapando por el hueco que queda en una puerta de barrotes, lo que podría tener un punto de celebración de la excarcelación de Peio, el cantante, que había pasado un tiempo detenido acusado de participar en los disturbios que se produjeron en San Sebastián con motivo de la visita de Ynestrillas, el político de ultraderecha, el 12 de octubre de 2007. De igual forma, y quizás, reforzando esta idea, el disco está expresamente dedicado a los presos vascos y en la contraportada aparece una foto de unas manos esposadas.
El disco arranca de la manera más potente posible. «Nafarroa» es un auténtico puñetazo de energía que se extiende sin problema a los cinco minutos, empezando casi como un tema de Ramones hasta que unas guitarras con cierta épica a lo Clash se hacen con el mando. Pero si lo que se busca es épica, es sin duda en la letra donde hay que buscar: todo un repaso histórico de la nación vasco-navarra desde el año 1000. Una reclamación que se hace más acelerada en lo musical y más iracunda en las voces, con «Resistance», que en cuatro lenguas intermezcladas, por aquello quizás de hacer llegar la protesta a un foro más internacional, reclama la identidad de la nación vasca dejando claro que nada tiene que ver con la española o francesa.
El espacio interior que deja la portada desplegable muestra, junto a la letra del primero de los temas, una ilustración con las cuatro generaciones diferentes a lo largo de la historia de guerreros vascos arrodillados como muestra de respeto ante el monolito levantado en los restos del castillo de Amaiur (Maya) en memoria a la gesta de resistencia frente a la corona castellana.
«Behartsuen hotelean» se arropa de un aire más siniestro, con querencia a la densidad para, sin prisa alguna, escupir a la cara de las fuerzas de seguridad. Sirve como preludio a «Sua», punk hardcore para ambientar acciones policiales y escenas de sirenas azules.
Algo hay en «Ez nago harro» puramente punk rock, con guitarras que rasgan y un estribillo para denunciar la pérdida total de tiempo de la rutina diaria sin asumir responsabilidad alguna.
La versión en formato de vinilo traía dos temas extras. «Dena ilun?», uno de ellos, es un corte que podría haber pertenecido sin problema alguno a la época del rock radikal vasco. Su dureza resulta especialmente llamativa y, de hecho, el grupo resalta el buen aprovechamiento de una máquina de válvulas que había adquirido de una liquidación de inventariable que realizó la E.T.B. Aitor (Valium Generation) para su estudio de grabación. El batería y técnico les invitó a grabar algo de su material para probarla y no dudan en coincidir en que probablemente sea la vez que más duro han sonado jamás. La canción sería reaprovechada posteriormente para «Aske Izan Arte» (Mi Mai / Nekrosound / Bird Trouble, 2015) con el añadido de un saxo.
El otro bonus es la versión que hacen del «Estupa» de Sektor MierdaAñade este contenido, la banda de Azpeitia de los primeros 90, y de la que sólo se conocía la versión en la maqueta que dejaron estos.
Un gran disco con dos únicos inconvenientes: sabe a poco y queda algo deslabazado.
