Valle Eléctrico nace hace un par de años al abrigo de la plataforma On Clash con el objetivo de difundir los nuevos conceptos sonoros electrónicos que se están fraguando tanto fuera como dentro de nuestro país. Con el foco orientado a Madrid, aunque no de manera excluyente, y con el sintetizador como seña de identidad, dentro de su actividad han programado conciertos con cierta regularidad, habiendo hecho una incursión en Gijón con uno de sus grupos estrella dentro de esta filosofía: HUIAS.
Aprovechando la conexión que mantienen con las bandas, en junio del año pasado lanzaron como celebración de primer aniversario una primera edición discográfica en forma de 7″ compartido por los daneses Battlekat, a quienes habían programado, y un combo de cinco formaciones madrileñas a modo de reto creativo colectivo: Cross Echeyde, Daniel Van Lion, Hundir La Flota, Narcoléptica y Peakmood.
Ahora nos presentan el proyecto «Synthzine», con el cual pretenden mostrar su forma personal de entender la cultura musical. Valle Eléctrico son Diego Sánchez (producción escénica y técnico de iluminación), Yeray Dorta (director artístico y RRSS) y Tito Ruano (programador, responsable de comunicación y producción). Hablamos con Tito sobre el presente y el futuro del proyecto, con el cual giran por primera vez. Dicen estar nerviosos e ilusionados.
Desde hace un tiempo venís organizando conciertos, ¿qué criterio empleáis a la hora de programar?
Cuando comenzamos nos pusimos un doble camino en nuestra programación: apostar por artistas noveles internacionales, avalados por la prensa especializada, y apoyar a nuevos talentos de la escena nacional, y en particular de Madrid. Para nosotros es muy importante mimar las formaciones que nacen en la capital porque creemos que este tipo de acciones permiten generar puntos de encuentro y asentar una escena. Veíamos necesario un formato más flexible en cuanto a géneros, pero que se entendiese como marca cultural; ser un escaparate real y que nuestro público viese en nosotros una referencia. Si vienen por ver un grupo determinado, que descubran dos más, cimentar un lugar en el que no fuesen importantes los nombres, sino la calidad artística y que la gente entienda qué música amamos y abanderamos.
Como grandes conocedores de la escena más electrónica nacional e internacional, ¿qué falta aquí para que esta trascienda? ¿Hay nivel suficiente?
Es innegable que hay nivel, quizá no hay tantas formaciones que puedan ser proyectadas fuera, pero sí hay suficientes propuestas artísticas para que España fuese más relevante a nivel internacional. Creo que el problema ha sido más de infraestructuras y plataformas que generen esa confianza. En mi humilde opinión, creo que no hemos creado los mecanismos adecuados para afianzar núcleos de difusión. Al mismo tiempo, somos optimistas, y creemos que esto sí que está cambiando, aunque sea a un ritmo demasiado lento.
Nos podéis contar sobre el proyecto «Synthzine»? ¿Cómo surge? ¿Cómo ha sido el proceso creativo?
«Synthzine» surgió a raíz de la invitación de Autoplacer Sindicalistas a participar en la pasada edición de su festival. Yeray quiso que invirtiésemos el proceso de creación, pues esta vez no éramos nosotros los programadores. Quería que la imagen del universo de Valle Eléctrico condicionase la parte musical. Esto era la idea primigenia, pero de ahí, quisimos dar un paso más y él mismo se encargó de comisionar diecisiete artistas visuales para que describiesen con sus herramientas qué entendían por Valle Eléctrico. Este material lo recogimos en el fanzine «Synthzine». Como queríamos que la música viniese determinada por el arte, pedimos a formaciones musicales que, sin conocer a los autores, elaborasen temas nuevos para crear historias de las obras gráficas.
¿Va a gozar de continuidad? ¿Qué tal ha sido la acogida?
La respuesta está siendo increíble. El trabajo ha sido muy duro pero está siendo muy gratificante ver que todos los artistas implicados están encantadísimos con el resultado. Para nosotros eso es lo más importante. Pero además los medios han recibido muy bien la propuesta. Nos estamos planteando hacer un segundo volumen, porque creemos que esta comunión músico-visual es una buena manera de difundir nuevas ideas culturales, pero no queremos descuidar nuestra actividad principal.
A través de «Synthzine» dais a conocer a un montón de propuestas actuales -y no tan actuales, ahí está un clásico de la electrónica oscura como Aldo Linares– de diferentes puntos de la geografía española. ¿Cómo ha sido el proceso de selección y creación?
Invitamos a varios artistas nacionales con los que habíamos colaborado el segundo año de vida de Valle Eléctrico y a otras bandas cuyo trabajo nos encanta pero con las que hasta la fecha no habíamos podido trabajar. Cuando hacemos Valle Eléctrico, estamos condicionados por el equilibrio de cada cartel y muchas veces no podemos apoyar a grupos que realmente nos gustan. El proceso de grabación ha sido realizado por cada artista de manera independiente. Dimos una serie de pautas mínimas, pero queríamos que igual que los artistas visuales habían tenido total libertad, los grupos gozasen de las mismas oportunidades. El cassette que editamos ha sido grabado gracias a la gran ayuda de Rubén Izquierdo de Shook Down. Se ha convertido en un muy buen amigo, y desde el principio se ofreció a respaldarnos en este proyecto.
Centrándonos en el aspecto gráfico, ¿cómo ha sido la selección de autores? ¿Y la correlación entre ilustradores y músicos?
La correlación ha sido libre: los grupos han escogido las piezas sin conocer a sus autores. Grupos y artistas gráficos no sabían que participan ni qué piezas eran escogidas, salvo alguna excepción, porque antes de este proceso ya eran amigos. Esto es probablemente lo que más nos gusta del proyecto, la creación sin ataduras con un único enlace: el sintetizador. En el fanzine, se puede ver qué ilustraciones han inspirado a los músicos, para que el lector/oyente pueda reproducir este ejercicio de creación.
Contadnos un poco sobre las bandas actuales de las que os hacéis eco.
Queríamos que fuera un trabajo plural, romper con la idea de concepto de synth pop como género predominante y equilibrar a artistas muy desconocidos con otros que no lo son. GANZ, C.I.A.N.U.R.O., HUIAS, ROLE, Skygaze, MaoMaoMao, Salvatore Rosso e YDVST son formaciones con las que nos sentimos muy orgullosos de haber podido trabajar, incluso algunos son amigos cercanos, y queríamos que contribuyesen. A continuación seleccionamos proyectos con los que llevábamos mucho tiempo queriendo colaborar, como Naica, Karen Koltrane, Màquina Total, Nueva Internacional, Beatlove y Fernando Lagreca, gran amigo de On Clash. Finalmente hemos incluido propuestas que hemos descubierto recientemente como Esponja, Cumbres Carrascosa y (Pila). Por último, escogimos a Aldo Linares como una propuesta conocida y multidisciplinar, implicado siempre en proyectos poco convencionales.
Habéis editado en vinilo (contadnos un poco sobre esto para no meter la pata), y ahora con este proyecto en cassette. ¿Qué pensáis de los formatos analógicos? ¿Por qué no os habéis lanzado a editar también «Synthzine» en vinilo?
Cuando cumplimos el primer año en Valle Eléctrico, para nosotros nos parecía un sueño. No sabíamos si iba a calar el proyecto, así que nos dijimos que queríamos algo “para poder mostrar a nuestros nietos”. Escogimos el 7” porque nos parece un formato icónico en un momento en que el single está pensado para ser una máquina de ventas en iTtunes. Con el «Synthzine», creemos que el cassette es el formato más coherente para representarlo: Sencillo y DIY, responde a un consumo diferente. Nos gusta lo analógico, más que por el hecho del auge de estos formatos, sino por “reventarlos” en un sentido positivo, para transformarlos en piezas de comunicación. No queremos ser un sello al uso, sino crear piezas que permitan ver que la cultura, puede ser consumida de manera distinta. En Valle Eléctrico, somos muy románticos e idealistas.
Para presentar el cassette se ha preparado una gira de conciertos, las Synthzine Parties en Madrid, Barcelona y Bilbao. Permanezcan atentos, la primera de ellas, este mismo sábado en el Café La Palma.
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