Wild Honey se presentaba en sociedad en el 2008 con este EP encantador que sin duda dejaría con ganas de más a quienes lo descubrieran en su momento, y que ya anticipaba muchos de los rasgos que en el largo se iban a encontrar, dibujando cinco canciones con una paleta cromática que bebe del grupo cuyo disco toma el nombre, y que nos sumergen en un paisaje melancólico de añoranza.
Atención a "The pearl", mi favorita del EP, que parece nos quisiera dar cobijo frente a unas olas malintencionadas que con su arrullo nos van alejando cada vez más de la orilla. Con sabor a sal, pero bien paladeable. Y es que las canciones de Wild Honey son, por muy mal vista que pueda estar la palabra, muy bonitas.