Snap

Se suponía que éste, el disco de debut de Snap una ver firmado con BMG Ariola, iba a ser sólo el comienzo de una serie, pero el repentino desdén del sello tras su edición lo convirtió en el único. Eso sí, junto a los dos sencillos con los que decidieron acompañar el 12″, «Sentado en el Parque» (BMG Ariola, 1990) y «En mi Barrio» (BMG Ariola, 1990).

Ls grabación de los temas se realizó en los estudios Trak de Madrid con Manolo Uvi (Commando 9mm, Punk Guerrilla) y Javier Andreu (La Frontera) asistiendo a la producción. Se quejaba el primero del poco caso que se le hizo para que el sonido de las guitarras se endureciera algo más. Según parece, tanto el técnico del estudio como el propio sello veían con mucha mejor cara las artes y maneras del de La Frontera para edulcorar o aterciopelar.

El disco contiene alguno de los temas, que asociadas al recuerdo de la banda, pasan como clásicos de la misma. «Sentados en el parque» sin ir más lejos. Mezcla de la desidia o al menos el dejar pasar el tiempo. Cervezas con los amigos en el parque y con el problema que supone la edad, justo lo mismo que decía Brighton 64.

Snap eran en gran medida power-pop. Por eso la producción cuidada no desentona con el tono de «Mi chica eres tú«, por ejemplo. La canción parece agradecerlo; se trata de una composición bonita en la que las guitarras ceden cualquier atisbo de salvajismo para contribuir a la armonía general.

«Carol» puede resultar en mi opinión algo más floja. Letras sin demasiadas complicaciones. Ella es una chica especial, que no teme decir a su chico, tras hacer el amor, que él es el mejor.

Resulta más interesante a mi juicio la vertiente vigorosa de la música de la banda. No necesariamente la versión de the Boys, «En mi barrio«, que La Polla Records también trabajara en su momento, pero sí en «Todos los chicos» o especialmente «Banderas«, donde se muestran las posibilidades más afiladas del cuarteto madrileño. Cierto aire de nihilismo de intensidad media que se atempera en los estribillos.

Disco más que digno, merecedor de toda la nostalgia con la que se le ha recordado. Sobre todo porque el sello no les concedió una segunda oportunidad.