Rosa María García Lobo nació en 1945 en Boo, una pequeña aldea del concejo de Aller en plena cuenca minera asturiana. Cuando su padre, que trabajó de minero desde niño, termina sus estudios de Enfermería, la familia se traslada a la cercana localidad de Moreda. Sus padres se separan y ella es enviada interna al Colegio Santo Ángel en Oviedo. Ahí pasaría Rosa María buena parte de su infancia y juventud hasta finalizar el Bachillerato Elemental. También será allí donde tome contacto con la música, haciéndose pronto con el puesto de solista del coro.
En sus veranos en Moreda conoce a una vecina de su abuela que sería decisiva en su carrera. Esther Requejo era profesora de piano y ella pule su voz y le enseña las primeras nociones de guitarra. Con dos amigas forma hacia 1963 el Trío Primavera que actúa por la comarca. Un grupo ya formado que actúa regularmente por ferias y romerías se fija en ella y en 1964 pasan a actuar bajo el nombre de Rosa María y los Dos + Dos.
En 1964 participa en Radio Oviedo en el concurso radiofónico “Rumbo a la Gloria”, venciendo en las dos modalidades: canción española y canción ligera con el nombre de Rosa María Patallo, segundo apellido paterno. Al año siguiente se hace un concurso especial donde participan los ganadores de todas las ediciones anteriores y Rosa Mar, que ya empieza a llamarse así, vuelve a ganar. Este triunfo le vale su primer y desconocido disco: “Cuanto más Te Alejas / Guardo el Secreto / Asturias Mía / Brasilia Mía” (Audiens, 1965). Este modestísimo sello asturiano tenía como objetivo impulsar la carrera de artistas de la región con ediciones muy pequeñas que solo se distribuían en contados establecimientos del Principado. Nombres como Marisel o Jovita también dieron aquí sus primeros e inciertos pasos. En este EP luce sus cualidades vocales en un par de boleros, una samba y otra melodía más o menos folclórica.
Rosa María tenía claro que lo suyo era cantar y no quería hacer ninguna otra cosa en su vida. Con su guitarra y cuatro cosinas, acompañada por uno de sus hermanos, viaja a Madrid y se establecen con una familia de su tierra que regentaba el Bar Moreda. Comienza el peregrinaje por emisoras en programas y concursos cara al público presentados por históricos de la radio como José Luis Pécker o Juan de Toro. La voz de Rosa Mar y su repertorio de música de inspiración sudamericana llaman la atención.
A principios de 1966 se presenta en el programa televisivo “Salto a la Fama”, proclamándose vencedora absoluta en el apartado de cantantes solistas de canción ligera. De aquí saldrá con un contrato discográfico, apareciendo ese mismo año: “Cumbia Morena / Con el Bongó / Por Pura Casualidad / Con la Mirada en el Cielo” (Sintonía, 1966). Este EP tiene ya una mayor difusión que su antecesor. En el verano del 66 vuelve a su tierra para concurrir al Festival del Eo, un modesto escaparate que se abría en Vegadeo. Rosa Mar le tiene cogida la medida a los concursos y vence por delante de Massiel y Mochi con la canción “No me digas adiós”, que nunca sería editada en disco.
En una de sus actuaciones radiofónicas coincide con Antonio Machín. El veterano bolerista queda impresionado por la calidad de su voz y la incorpora a su compañía con la que gira por toda España en 1967 y sirve a la cantante de auténtica escuela de directo.
Es preciso hacer una llamada de atención para coleccionistas y curiosos, ya que existe otra cantante con el mismo nombre que dejó un único disco para Belter en 1968. De ese disco se ha extraído el tema “Me persigue un caballero” en algún recopilatorio, pero, ya digo, se trata de otra Rosa Mar.
A partir de 1968, Rosa Mar deja de existir para transformarse en Maya y convertirse en la gran difusora de la música y la palabra de Atahualpa Yupanqui. Tras esa fecunda etapa folk cambiaría una vez más de nombre artístico para ser ahora Rosa María Lobo y conseguir sus mayores éxitos comerciales.
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