Qloaqa Letal

Qloaqa Letal

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Mítica banda de Valladolid que llevó el punk al arte

Si bien es verdad que el grueso de la oleada que se desató por estas latitudes después de la explosión del punk en el Reino Unido tuvo a Euskadi, Barcelona y Madrid como epicentros bien definidos, un buen número de bandas tuvo que sobrevivir desde la periferia. Qloaqa Letal supone probablemente el argumento más sólido que puede esgrimir la ciudad de Valladolid para reclamar su contribución al punk de los 80 en la Península. Ciertamente no fueron el único exponente de este tipo de músicas en la capital castellano-leonesa (las crónicas bien informadas mencionan también a Primitives o Los Disidentes por ejemplo), pero sí los que consiguieron una mayor repercusión fuera del más estricto ámbito local.

El núcleo de la banda lo concibe Roucky -Juan Sanz- tras regresar de Inglaterra, donde ha sido testigo desde el final de los 70 de la convulsión musical allí vivida. Una vez en Valladolid abrirá el Kraken, un local que pronto se convertiría en auténtico reducto de la música alternativa y del punk rock de la ciudad. Como contaba en la entrevista concedida al blog fanzine Liquidación Total, se trataba de un “punto de encuentro entre músicos, artistas plásticos y gente del teatro y otras disciplinas”. Será precisamente esta interconexión ente distintas facetas artísticas la que caracterizará la propuesta de Qloaqa Letal.

El nombre para el proyecto musical que anda diseñando Roucky lo tomaría de una de las canciones que tenía ya compuestas por entonces y que había dedicado a la ciudad en la que vivían. Ha empezado a probar con distintas formaciones hasta que encuentra el sonido que busca para el grupo con César a la batería, él a la voz y la primera guitarra y Chana como segundo guitarrista. En la mencionada entrevista declaraba: “Alquilamos un local al lado del cementerio y empezamos a ensayar y montar los temas. La primera audiencia que tuvimos fueron los difuntos”.

Pronto, en 1984, les surge una muy buena oportunidad de tocar delante de su público: telonear a Decibelios. Como no cuentan con bajista hablan con Charly Crespo, un guitarrista de jazz que frecuenta el Kraken, para preguntarle si conoce a alguno que se quiera unir al grupo. Sería él mismo el que se ofreciera para la vacante.

La puesta de largo se celebró ante más de un millar de personas, y aunque el grupo de casa quedó bien a gusto del resultado final, los periódicos locales sólo buscaron un titular sensacionalista para la reseña: “Presentación de los cabezas rapadas”.

La banda contó en esta primera etapa con el apoyo y complemento perfecto de Jorge León “aportando ideas y sugerencias”. Una de ellas fue la de adoptar textos de poesías expresionistas como parte de la letra de las canciones del grupo. Y eso es lo que se hizo precisamente con la canción “Nunca siempre“, en la que aparecen fragmentos de “Dios te salve“, una poesía del argentino Almafuerte. Como el resultado les convenció, se compuso “Desesperación” a partir de material de Espronceda, o el tema “Odio“, para el que se utilizó uno de los Cantos de Maldoror del francés Lautreamont.

Esta primera formación se acabaría cuando César y Chana abandonan el grupo por desaveniencias con Roucky. Como contaba Charly, el bajista: “Entendíamos que en nuestro grupo no tenían sitio las finezas ni las cuidadas maneras”.

En sustitución de las dos bajas entrarían Juan Carlos Martín a la guitarra y Óscar Astruga -Osk- que por entonces tocaba la batería con Burning y que no dudaría en coger un taxi para desplazarse a Valladolid tan pronto recibió la propuesta de unirse a Qloaqa Letal. Por su parte, el nuevo guitarrista se adaptó sin problemas al nuevo estilo que se le requería en la banda, muy alejado de las ortodoxias clásicas a las que estaba habituado antes.

Con esta nueva formación se decide entrar en el estudio de grabación utilizando un ocho pistas analógico y con Luis Alberto Moraleja de técnico de sonido. La cinta resultante, “Nunca Siempre” (1984) quedaría registrada de forma que “todo sonara parecido, en un mismo nivel”. Se prescindió así de mezclas que resaltaran cualquier aspecto, voz, etc., sobre el resto. El grupo trabajó en el estudio durante una sola jornada, tocando todos juntos a la vez. Charly hablaba de un proceso de elaboración “rápido y fluído” a pesar de las limitaciones. “Sabíamos exactamente lo que queríamos hacer y lo sacamos del tirón. No éramos unos amiguetes del barrio; éramos más bien cuatro músicos con ganas de crear algo nuevo, distinto y que aportara algo a la música casposa que se hacía en este país”.

Parecen imponerse además cierto modo de trabajo que asegure un sello personal en la música de la banda. “Se desbordaron ciertas estéticas y bases rítmicas musicales de corrientes afines. Con convicción personal, eligiendo cada uno el camino contrario a su querencia, para crear algo distinto, en unos acordes, en un gong que ha de sonar una sola vez (quizás) en todo el concierto, en un bajazo”.

La grabación sólo vería la luz, en un primer momento, en forma de cinta autoeditada: “Las discográficas de Madrid nunca se atrevieron a editarlo, por eso creamos nuestro propio sello Starry Eyes”. Llegaron a hacer hasta doce ediciones que se agotaron completamente, no sólo en España, sino en Francia, Reino Unido y Alemania.

Las canciones de Qloaqa Letal se apoyan en el punk para su arquitectura más básica. Suenan oscuras, sinuosas e impactantes. Sin embargo sería un error circunscribir la propuesta de la banda en un estilo solo; incluso limitarla al estricto plano musical sería empobrecer la descripción de lo que ofrecía el grupo. En sus actuaciones jugaban con el aspecto escénico y teatral enormemente. “Teníamos mucha cultura y experiencia en otro campos” nos dice Roucky. Se defiende también cuando inquirimos sobre la posible violencia de las letras de algunas de sus canciones: “Yo sólo llevo el punk al arte. Unos lo ven como lo que es, una denuncia, una protesta, una crítica. Otros lo ven como su biblia interpretándolo al pie de la letra, sin  pensar ni analizar los contenidos. Eso ya no depende de mi. Exaltados los hay en todas partes”. Aclaraba así que lejos de incitar a nadie a disparar contra los transeúntes en un centro comercial al escuchar por ejemplo “Soy un asesino”, Qloaqa Letal fue de las primeras bandas en denunciar los malos tratos con dicha canción.

Charly también dejó por escrito su opinión al respecto del estilo de la banda: “Desde el principio se busca un ambiente ácido y provocativo, acompañado de letras corrosivas y reinvindicativas”. Continúa: “Era un grupo distinto de los otros en los que habíamos estado; vamos que musicalmente decíamos algo nuevo, por lo tanto podía ocurrir, había posibilidad de destacar”.

Todo quedaba además realzado con su imagen y puesta en escena, buscando la implicación y provocación del público: “Éramos los mejores y marcábamos la diferencia en eso” espeta el cantante. Parecían salidos “de una pesadilla o una película gore, pero siempre con un lenguaje revolucionario y contracultural”, se dijo de ellos.

Se abren un hueco en la escena local. Su black punk consigue un hecho insólito: abrir las fiestas en la plaza mayor de Valladolid delante de miles de personas. Tocaron en el Hippo, en el 75 Aniversario de la CNT celebrado en el Polideportivo Huerta del Rey en diciembre de 1985. Compartirían cartel con otras bandas como Objetivo Perdido, Exit, Primitive, Automáticos…

Además lograron, gracias a la maqueta grabada, un salvoconducto ideal para poder tocar en el País Vasco. No encontraban en la escena castellana acomodo para su música y fue cuando entonces deciden explorar una atmósfera en principio menos hostil. “Un día me fui con la Norton que tenía por entonces y aparecí en Vitoria con un amigo vasco que me dio a conocer el ambiente que alli se vivía. Enseguida percibí un sabor distinto, la música que se escuchaba en los locales y bares del casco viejo y la cuchillería… Rock Radical y after punk inglés, me sentí a gusto como en mi casa. Esa noche conocí a Nacho Cicatriz y empatizamos a primera vista”, nos cuenta Roucky. El cantante del mítico grupo vitoriano, una vez escuchado el material grabado en “Nunca Siempre”, se convertiría en verdadero mentor de Qloaqa Letal. Les consigue la posibilidad de tocar con ellos, Cicatriz, y RIP en un concierto en Vitoria celebrado en la Plaza de las Hevillas que resultaría de lo más accidentado. Los de Valladolid fueron los últimos en aparecer sobre el escenario y fueron recibidos con una lluvia de escupitajos e improperios. Pero ahí no acabó la cosa: “Éramos un grupo de ‘Fachadolid’ para ellos. La máxima tensión sucedió en la tercera canción, una de las torres de focos se desplomó sobre el escenario… Alguien la tiró, nos rozó a todos pero no sucedió nada para lo que pudo haber pasado. Yo apenas me enteré, seguía cantando, pero de pronto se hizo un silencio y entendí que algo pasaba, miré hacia tras y vi la torre echando humo justo a mi espalda (…). Salimos vivos de milagro”.

En la audiencia de aquel concierto se encontraban varios miembros de La Polla Records, que no dudan en invitarlos a tocar en el concierto que darían en Tolosa junto a Kortatu. La experiencia les sirvió para comprobar la politización de la escena musical en aquel momento en Euskadi: “Era palpable y visible. Los escenarios estaban llenos de pancartas pro-Amnistía de presos. Ese concierto era para sacar fondos. Ellos tenían su propio sistema; nos dimos cuenta enseguida”.

La conexión teatral y literaria explicaba no sólo la adaptación de textos para algunas de sus canciones, sino proyectos conjuntos con compañías de teatro como Teatro Corsario, con los que hicieron la obra “Para Terminar Con El Juicio de Dios”, una obra expresionista en la que se denunciaban los procesos y maquinarias del estado para con los más débiles “recluidos en guetos como psiquiátricos, prisiones o focos de miseria y pobreza donde la palabra ‘futuro’ está escrita en una papelina de caballo”. La función se representaría durante tres días en la antigua prisión de Valladolid.

Qloaqa Letal vivían por entonces su momento más dulce, dando bolos con gran número de bandas: Eskorbuto, Siniestro Total, Tercera Guerra Mundial…, lo que sin embargo no evitaría el que se llegara al final de un ciclo: “Fueron los mejores tiempos para nosotros, pero también provocaron dispersión por parte de alguno de los miembros, otras ofertas más suculentas y supongo que otras inquietudes”. Alguno de sus componentes simultaneaban por ejemplo su pertenencia a la banda con actuaciones en la banda de apoyo de Mecano. A todo ello se unió, tal y como nos cuenta el cantante, un accidente de tráfico, que terminaría por certificar el acta de defunción del grupo alrededor de 1988. Se despedirían con un concierto que dieron en Cuéllar (Segovia), lugar en el que nació Roucky.

O al menos acabaron en la formación que mantenían hasta entonces, ya que menos de un año después, Roucky encontraría de nuevo con quién asociarse para revitalizar el proyecto. De hecho, junto con Kiki Tornado (posteriomente en Def Con Dos) a la batería y Piti como guitarrista grabarían “Black Album” (Starry Eyes, 1989), un disco con las diez canciones que tenía ya compuestas anteriormente el cantante. Se grabaron en dos idiomas, en inglés y español. En España no encuentra sello que quiera sacarlo a la calle y decide irse a EE. UU., primero a Nueva York y luego a Los Ángeles. Allí se hicieron dos tiradas de unas 500 copias cada una que se vendieron aprovechando actuaciones que dio allí.

Mientras, del grupo no se vuelve a saber nada hasta que el sello salmantino Melankronican muestra interés en recuperar su material. En concreto, su “Nunca Siempre” (Melankronican, 2000) contendrá la maqueta editada con el mismo nombre tiempo atrás, en 1984, alguna canción como “¿Quién eres?”, que sólo había aparecido en alguna de las sucesivas copias que se hicieron de la cinta, parte del directo que dio la banda en Cuenca de Campos (Valladolid) en 1986 y media decena de canciones que acompañaron a la obra de teatro arriba citada con Teatro Corsario.

Tras pasar por París, donde durante cinco años se dedicó a otra de sus aficiones, la escultura, Roucky terminaría recalando en México.Allí compondría y facturaría “Ópera Cuántica” (2010), un proyecto concebido, compuesto e interpretado enteramente por él, y que firmaría como Juan Sanz Xaviola. En el país azteca se encuentra además con una auténtica pasión por la banda: “La conocía todo dios. La ponían de intro como banda sonora antes de empezar los conciertos de allí”.

Y es que para entonces las canciones de Qloaqa Letal pueden encontrarse en multitud de recopilatorios a ambos lados del oceáno o como banda sonora de películas de cine. El tirón es tal que le convencen para que reflote el grupo. Como los intentos no fructifican allí, regresa a España en 2012 donde reactiva el grupo. Se habla de grabar un nuevo disco, y se inician incluso en conversaciones con varios sellos interesados en principio en el proyecto. Finalmente en enero de 2012 los que entran en los estudios Geek de Madrid son Chema Zurita a la guitarra rítmica y bajo, Sergio Moris a la guitarra solista, Txutxo Krueger a la batería y Rouky a la voz. Dejan listos 5 temas que pretenden editar en un disco que coincida con la reaparición de la banda.

Qloaqa Letal actuará en 2013 en diferentes puntos de la Península: Estraperlo de Badalona en febrero, Wurlitzer a comienzos de marzo, País Vasco a finales de ese mes, Valladolid en mayo, en el Punk Meeting de Benidorm en julio y Zaragoza en septiembre. En lo que el líder y cantante del grupo define de formaciones casuales, la banda ha movilizado a diferentes componentes: Danihell (Raskaipika, Frecuenzia Fantasma, Espasmódicos), Hugo, Gatxu, Max, Andy y Charly.

Pero de lo que no se sabe nada es del disco. Retrasos motivados por plazos incumplidos y demás reveses hacen que “Passion” (Rumble, 2015) no viera la luz hasta tres años después de su grabación. El CD salió editado por Rumble y mostraba cierto endurecimiento, “un sonido más Detroit” como comenta Rouky, que ve nexo común en “la temática corrosiva y critica de las letras, envueltas en un halo de oscura ironía” en los trabajos del grupo.

Mientras tanto, en paralelo, Metadona y Rumble Records se encargan de reeditar los temas de la maqueta original en formato de vinilo y CD: “Nunca, Siempre” (Metadona / Rumble, 2015). El disco se preparó a partir de los temas originales de la demo con masterización encargada al estudio de de Dan Randall en California, el Mamooth Soun Mastering.

Qloaqa Letal ha vuelto pues de las catacumbas, con ganas de volver a tocar y editar todo el material que permanecía allí enterrado.

Álbumes:

Larga duración:
No existen álbumes de larga duración relacionados a este grupo.
Corta duración:

Passion

2015

Mucho es el tiempo que pasó desde la última vez que se había tenido noticias en disco de . La...

Recopilatorios y directos:

Nunca Siempre

2000

Este CD presenta gran parte del legado en los 80 de los vallisoletanos . Comienza con la maqueta “Nunca, Siempre”...

Reediciones:

Nunca, Siempre

2015

 estarán eternamente ligados a , aquel CD editado por un pequeño sello de Salamanca y que en el año 2000...

Grupos:

Los hermanos Jesús –Gss– y Danihell, residentes por...
Preguntado por los comienzos del grupo, allá...
Es bien sabido que mientras que la...
“Somos la banda más honrada que ha...
Recién llegado del servicio militar, Carlos Treviño...

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