Los Hippyloyas

Los Hippyloyas

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Gilipop español en estado puro

Hemos conocido actores que hacían incursiones en el mundo de la canción, algunos con notable éxito. Hemos tenido algún actor que se ha puesto al frente de un grupo pop. Ha habido quien ha cantado por exigencias de guión. Nos han sorprendido actores y actrices metidos en la piel de cantantes famosos. Pero lo de Los Hippyloyas se lleva la palma. Lo suyo es gilipop. término que si no éxiste, hace falta inventarlo siquiera para calificar este grupo o lo que sea.

Ya el nombre del conjunto tiene perendengues. Es un cruce de movimiento social, grupo musical, Los Javaloyas, y españolísimo insulto. Pero si nos fijamos en la foto de la carátula reconocemos cuatro caras que nos suenan: Tony Leblanc, Manolo Gómez Bur, Alfredo Landa y Conchita Velasco. Ésta última la única del cuarteto que había desarrollado una carrerita discográfica como chica ye yé, breve, intensa y bastante fructífera.

El grupo se reúne a las órdenes de Javier Aguirre para rodar la película: “Una Vez al Año ser Hippy no Hace Daño” (1969). En ella dan vida a un conjunto musical  que, con la representación del siempre sufrido Jose Sazatornil, aspira a comerse el mundo, pero que gustosamente rebajarían el listón de sus pretensiones a comer a diario. La historia comienza con un trío que recorre garitos de playa cantando temas sudamericanos bastante pasados de moda. Flor de Lis y Los 2 del Orinoco son Conchita Velasco (Lisarda), Alfredo Landa (Ricardo) y Manolo Gómez Bur (Silvestre). En la Costa del Sol se topan con un go go boy, que sablea a las suecas y a todo vecino que se deje. Se trata de Tony Leblanc (Johnny). Les convence para que se reconviertan en un grupo pop, transmuten su nombre por el de Los Hippyloyas y digan estar recién llegados de Liverpool. El cachondeo y la caspa están servidas en una comedia patética donde las haya que intenta parodiar a los conjuntos musicales de la época y, de paso, poner en solfa, las costumbres sociales del cerril desarrollismo hispano basado en el turismo de mucho sol y pocas pelas.

El único EP engendrado por el singular cuadrángulo musical es naturalmente “BSO de la Película Una Vez al Año ser Hippy no Hace Daño” (Belter, 1969). Un vinilo de tal catadura solo podía estar avalado por Belter, paradigma de la garrulería musical y de los más bajos instintos sonoros.

De las cuatro canciones, destaca sin duda “Love, love, love”, que tras varias escuchas, uno llega a la conclusión de que, sin querer, hicieron una muestra de sicodelia barata como nunca se oyó por estos lares. Frank Zappa y sus Madres del Invento o los inefables The Fugs se hubieran relamido con esta pieza. Del resto, apuntar que la interracial “Los negros con las suecas” no es otra cosa que una versión bufa de “Los chicos con las chicas”. The Brisks ponen sus instrumentos en algunos de los temas para que la cosa suene lo mejor posible, tarea ardua dada la entidad de los cantantes.

Tras este atentado, el cuarteto se disolvió para dedicarse a sus quehaceres cinematográficos y teatrales. Los aficionados a la música respiramos tranquilos y agradecimos este gesto de Los Hippyloyas, que de esta forma nos evitó nuevas vomitonas.

Álbumes:

Larga duración:
No existen álbumes de larga duración relacionados a este grupo.
Corta duración:

BSO de la Película Una Vez al Año ser Hippy no Hace Daño

1969

Disco de disparatados retales cinematográficos que se inicia con una canción muy conocida de los 50: “Mi casita de papel”,...

Recopilatorios y directos:
No existen álbumes de recopilatorios y directos relacionados a este grupo.
Reediciones:
No existen álbumes de reediciones relacionados a este grupo.

Grupos:

Cuando Luis Sánchez Polack -Tip- y José...

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