Generación 77

Generación 77

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Punk sin adjetivos ni estridencias, apuntando al final de los 70

Protagonistas de excepción de unos años más que interesantes en la música de Valencia, Generación 77 pertenecen a ese ramillete de bandas de punk que permiten a los aficionados a dichas etiquetas hablar de una activa escena local. Y es que, como no podía ser de otro modo, la capital a orillas del Turia tuvo representantes más que de sobra para colocar a la ciudad en lugar destacado en el mapa musical de los 80.

Los primeros intentos que hacen Fernando -“El Loco”- y Carlos García -“Carli”- para formar una banda datan de 1983. Por entonces el primero cumplía su servicio militar y escribía cartas continuamente a su amigo desde el cuartel. Fue así cómo deciden el nombre del grupo que quieren montar, escriben hasta 7 canciones e incluso perfilan el tipo de música que van a hacer: ni más ni menos que volver la vista a los orígenes del género, reinterpretando a su manera el legado de The Damned, 999, Dead Boys, Sex Pistols.. “Lo verdaderamente punk es lo que ocurrió en el 77” dirían más tarde en una entrevista.

El Loco, que sería el cantante, había militado en Guerrilla SubAñade este contenido, un proyecto que “nunca estuvo formado, pero siempre andaba en permanente estado de formación”, y que como contaban en una entrevista posterior sirvió de rodaje para muchos protagonistas de la escena punk local que se desarrollaría algo después. Por su parte Carli venía de participar en otros combos seminales como Análisis de Orina (1977), Killers (1979) o Acción Directa (1983). Precisamente esta última era la banda en la que Carli tocaba la guitarra y con la que El Loco hizo de cantante en una mini gira por el País Vasco. Tras un accidentado periplo por el norte, donde sólo pudieron tocar en La Jaula de Bilbao, volviendo en el tren para Valencia convencen a Mingo Hernández, bajista de Acción Directa y antes en Nuevo Ejército de Salvación (N.E.S.), para que se una a Generación 77. Con Salva -“Fleki”- (que tocó en Extrema Cordialidad Homicida) para la batería, completarían la formación.

Empezarían a ensayar en unos locales de Campanar, barrio de Valencia, donde comparten espacio con Interterror o KK For YouAñade este contenido (posteriormente pasarían a llamarse Cómplices). Precisamente desde una de las habitaciones contiguas a su local escuchan un día el sonido de una guitarra que les llama la atención. Era la de Guillermo Fuster -“Willy”- que tocaba por entonces en los comienzos de La Resistencia. No se lo pensaron dos veces: “Le dijimos que era el segundo guitarra para definir mejor nuestras composiciones. Vino a nuestro ensayo, nos escuchó, y se unió a la banda”, cuenta Fernando. Desde entonces, y en más de una ocasión Willy tendría que hacer doblete y tocar en el mismo concierto con los dos grupos.

Posteriormente se mudarían a ensayar a una planta baja en el barrio chino, que sería su centro de operaciones hasta el final.

Su debut en directo se produjo en Sedaví, cerca de un colegio de chicas con uniforme: “Estaban entre asustadas y atraídas por la apisonadora de sonido e imagen de la que fueron partícipes” contaba Fernando. Para evitar posibles líos con el dueño del local, actuaron bajo otro nombre, el de Los Motores, intentando así evitar que sus amigos y seguidores punks llegaran a saber el lugar en el que se iba a celebrar. “No sirvió de nada, se enteró todo el mundo y se armó una buena”, nos cuenta el cantante.

Tenían claro cuál era la situación alrededor suyo: “Valencia está llena de grupos moñas o de bocazas musicales. Aquí o pasas por el tubo o los encargados que llevan la movida musical te vetan” le contaban a Joan Benlloch en una entrevista, en la que además explicaban la prohibición que pesaba sobre ellos después de su enfrentamiento con la organización del festival de Radio Color que pretendía cambiar el orden de aparición de las bandas participantes que se había determinado antes por votación pública. Frente a todo este tipo de cosas ellos indicaban: “No presentamos nada, siempre hemos hecho punk, hacemos punk y haremos punk”, en conversación con otro periódico. “Hacíamos lo que se nos antojaba, gustara o no a la gente y teníamos clara nuestra postura social, éramos terroristas culturales” contaba Mingo en la entrevista concedida a Adios Lili Marleen.

Se declaraban abiertamente pesimistas a la hora de hablar de sus posibles motivaciones: “Todo ha fracasado. No hay soluciones, sólo palabras, por eso no proponemos alternativas, hacemos música para divertirnos, que es difícil (…) Carecemos de ideas políticas, ya que cualquier idea política es totalmente opuesta al punk”. Su bajista reincidía en este argumento muchos años después: “Se carecía de ideas políticas, tocábamos por diversión y porque nos gustaba mucho hacerlo. Éramos punks sin adjetivos y practicábamos punk rock agresivo y salvaje, pero con los temas muy bien cuidados, sin entrar en estridencias o confusiones musicales”.

Llegaron a grabar dos maquetas, estrenándose con la primera a principios de 1985 en su mismo local de ensayo con una bobina abierta de dos pistas. Tal y como recuerda Carli, la batería la tocaría Willy, ya que Fleki llegó tarde. Los temas que registraron fueron: “La colina de los hombres sin nombre”, “Naranja mecánica”, “Tenemos que conseguirlo” y “El maníaco”. La cinta sólo la pudieron escuchar algunos amigos ya que como coinciden en señalar El Loco y Mingo, la desecharon y terminaron por renegar de ella. “El sonido era muy cutre y jamás nos gustó”, decía el bajista al blog Adios Lili Marleen, “ni tampoco la pasta que debimos pagar por la grabación”. La segunda maqueta se grabó a mediados de ese mismo año en los Sonostudis. El resultado final tampoco les dejó del todo conformes. Incluía tres temas: “La colina de los hombres in nombre”, “Naranja mecánica” y “(Estamos) Muertos en un mundo muerto”.

Carli, mucho tiempo después, se manifestaría también especialmente crítico con la calidad de las grabaciones: «Nunca nos gustó ninguna de ellas (…) renegábamos de su sonido. No tenía nada que ver con nosotros. Los técnicos no sabían de punk rock y distorsiones y así salió la cosa. Nuestro sonido era mucho más inglés«.

Toda vez que el grupo ya había hecho intención de dejar registrado material, cabe preguntarles si alguna vez tuvieron ocasión de grabar un disco. La respuesta de Fernando es fulminante: “¡No, ni de coña! Si hubiéramos vivido en Madrid, Barcelona, País Vasco o incluso Zaragoza o Granada, Generación 77 habría grabado dos o tres discos sin ninguna duda. Canciones teníamos unas 24-26, y musicalmente éramos muy serios. Pero Valencia era muy provinciana y nosotros, todo hay que decirlo, éramos intratables”.

También resultaban indomables en sus directos. Mingo, el bajista, al echar la vista atrás y repasar todos los grupos en los que había participado reconocía: “Generación 77 era el grupo punk por excelencia, los conciertos eran pura adrenalina y raro era que finalizáramos uno, siempre se liaba y acabábamos a ostias. Nos divertíamos mucho y eso nos gustaba, pero a su vez se nos cerraban muchas puertas”.

En 1988 Fleki deja su puesto a las baquetas a Buto, que tocaba con Cómplices y que participa en la grabación de toda una curiosidad compuesta a partir de un tema de The Damned, “No existe Santa Claus”. Batería y bajo quedaron registrados en un local de ensayo que estaba situado enfrente de la sala Gasolinera asistidos por Ángel Sanambrosio. El resto, guitarra y voces, se grabarían en un cuatro pistas en un chalet. El tema en cuestión su momento de gloria cuando en la emisora de Los 40 Principales, el locutor, amigo de Carli, la emitió justo después del tema navideño de los Ramones. Respecto a si pudiera considerarse como la canción más celebrada del grupo, Fernando no duda en indicar: “Pues no sé, la grabamos , nos separamos, nunca la tocamos en directo y, excepto algunos amigos y fans incondicionales, no la escucho nadie. Yo creo que la canción más conocida de Generación 77 es ‘Naranja Mecánica’, que en Radio Clara la declararon como una de las canciones del año según la audiencia de un par de programas. En fin no es que me importe mucho, pero ahí queda”.

La banda duró hasta finales de 1988: “La verdad es que cada vez nos costaba más encontrar locales donde tocar, la mala fama y todo lo que conlleva”, contaba El Loco. Las obligaciones de Mingo al tocar en otras bandas como Terribles y La Banda Fantasma y un par de actuaciones que hubo que cancelar por “indisposición” del cantante determinaron el acta de defunción del grupo.

La recuperación de parte del legado de la banda se produce muchos años después con la edición de «La Mugre y el Turia» (VómitoPunkRock, 2016), todo un ejercicio de arqueología para rescatar a bandas como Generación 77, Áridos, Extrema Cordialidad Homicida y Crenom.

Álbumes:

Larga duración:

La Mugre y el Turia

2016

Labor de recuperación encomiable desde VómitoPunkRock Records que trae material de cuatro bandas del punk de Valencia de los 80:...

Corta duración:
No existen álbumes de corta duración relacionados a este grupo.
Recopilatorios y directos:
No existen álbumes de recopilatorios y directos relacionados a este grupo.
Reediciones:
No existen álbumes de reediciones relacionados a este grupo.

Grupos:

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