Els Setze Jutges

Els Setze Jutges

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Colectivo musical pionero e impulsor del movimiento de la Nova Cançó

Tenemos que cantar canciones, pero nuestras y hechas ahora. Nos hacen falta canciones que tengan una actualidad para nosotros. Todo el mundo ha cantado hasta ahora las que podemos llamar de siempre, y de éstas, tal vez sólo las más conocidas; sin embargo hemos dejado de lado otras magníficas que corren el peligro de ser olvidadas, y quizás por culpa de una excesiva intromisión de canciones extranjeras. Es muy loable, e incluso necesaria esta intromisión desde otras tierras, pero eso no debe privar nunca que se sigan cantando las nuestras, sean tristes o alegres, sean como sean: por el hecho de ser nuestras tenemos la obligación de no olvidarlas. Ahora bien, es grave que no se hagan de nuevas, yo al menos no las he oído. Podemos atribuirlo a las circunstancias, pero de canciones se pueden hacer de muchos tipos y formas, además, estas circunstancias no pueden por sí mismas privar a un pueblo de sus canciones. Es precisamente en momentos difíciles que han nacido gran número de canciones, de las más bonitas, aquellas que los pueblos han transformado en una especie de oración colectiva

Se trata, pues, que salgan canciones de ese momento nuestro…” Así empezaba el escritor Lluís Serrahima el artículo “Ens Calen Cançons d’Ara”, publicado en enero de 1959 en la página quince de la revista Germinabit, con el paso de los años se ha considerado este texto como el manifiesto fundacional de la nova cançó. Obviamente, y como en todo movimiento artístico o acontecimiento histórico, un solo hecho no origina todo, sino la acumulación de factores desencadenantes que trataremos de exponer a continuación.

A mediados de los años 50 España estaba sumergida en la miseria y la pobreza debido al fracaso del modelo autárquico impuesto por el franquismo. Esto cambiará a finales de dicha década con la puesta en marcha del Plan Nacional de Estabilización Económica. Dicho plan conllevó una recuperación económica que hizo que el régimen se abriera al mundo, permitiendo de puertas para adentro ciertas cosas para dar una buena imagen al exterior.

Así a finales de los años 60 se crea la discográfica Edigsa por parte de Josep Espar i Ticó, Claudi Martí, Ermengol Passola i Badia, y Enric Cirici; y posteriormente la editorial Edicions 62 fundada por Eulàlia Duran. Ambas fundamentales para desarrollar más ampliamente la cultura elaborada en catalán. Pero a la sombra de estos nombres ya existían pequeñas publicaciones de tiradas limitadas que servían de plataforma para intelectuales catalanes. Una de esas publicaciones era la revista Germinabit. Una revista nacida a instancias de un grupo de universitarios y editada por la Unió Escolania de Montserrat. A finales de 1958 el historiador Josep Benet propone al abogado Lluís Serrahima hacer un artículo en dicha revista sobre la conveniencia de cantar canciones actuales en lengua catalana. Así verá la luz el texto citado inicialmente.

Hay más hechos destacables que son el punto de partida de este colectivo. El mismo año de la salida del manifiesto, el valenciano Raimon graba el tema “Al vent” que será incluido en su primer EP “Al Vent / La Pedra / Som / A Cops” (Edigsa, 1963). Sin embargo no es ésta la primera grabación en catalán. Eso le corresponde a otros dos EP. El “Hermanas Serrano Cantan en Catalán los Éxitos Internacionales” (La Voz de su Amo, 1958) de las Hermanas Serrano, y “Canta en Catalán los Éxitos Internacionales” (Regal, 1958) de José Guardiola. Unos discos que consiguieron ver la luz gracias a las gestiones de Josep Casas Augé. Y es que logró editarlos con la autorización del régimen con la condición de que se publicaran con sus títulos en castellano.

Los orígenes del colectivo se encuentran en las reuniones que Miquel Porter junto a Eulalia Amorós organizaban en los claustros de la Universidad de Barcelona. En estas reuniones no sólo se empiezan a cantar y escribir letras en catalán, sino que también se realizan traducciones y adaptaciones de poemas y canciones internacionales. En 1958 se realizan, entre amigos, las primeras actuaciones en casa de los padres de Miquel Porter en los que participan Lluís Serrahima, Remei Margarit y Josep Maria Espinàs entre otros.

Ya entrando en la década de los 60 se acelera todo el proceso. Se celebra, los días 5 y 12 de febrero de 1961, el primer Festival de la Cançó Catalana Ballable en el Centre Comarcal Lleidatà. En él actúan Els Pioners, siendo este evento la primera sesión de bailables en catalán de la posguerra. Meses después y en el mismo lugar se celebra el primer concierto únicamente dedicado a canciones en catalán. Actúan Los Diávolos, José Guardiola y Miquel Porter.

En diciembre en el Centre d’Influència Catòlica Femenina (CICF), bajo la denominación de La Poesia de la Nova Cançó, actúan Josep Maria Espinàs, Miquel Porter y Lluís Serrahima. También estaba anunciada Remei Margarit pero finalmente no pudo asistir por enfermedad. Siendo este concierto el primero donde los miembros del colectivo cantan canciones originales. Esta actuación en el CICF tiene un significado especial ya que es cuando se dan cuenta de que ese es el camino a seguir. Según palabras de Miquel: “Pienso que el primer paso adelante de verdad fue la actuación en el CICF. Allí triunfar ante la alta burguesa barcelonesa. Ya no éramos unos amigos-cantantes, éramos un hecho musical. Hasta entonces, las actuaciones se habían limitado a los entreactos en el Teatro Vivo, o ante reuniones reducidas. Lo del CICF fue un paso adelante inmenso. A partir del CICF la burguesía empezó a tomarnos en serio.”

La presentación oficial de Els Setze Jutges como tal es el 29 de abril de 1962 en un concierto en Premià de Mar organizado por la peña barcelonista del pueblo. El nombre del colectivo está sacado de un trabalenguas que soltó Josep Maria Espinàs mientras estaban escogiendo el nombre (“Setze jutges d’un jutjat mengen fetge d’un penjat, si el penjat es despengés es menjaria els setze fetges dels setze jutges que l’han jutjat“). El nombre da a múltiples lecturas. Desde la complejidad lectora para los castellanohablantes, la denominación de jueces y el número como una muestra clara de querer crecer en un futuro.

Un mes más tarde algunos jueces conocen a Raimon. En seguida conectan, y al poco tiempo actúa con ellos. A pesar de que Raimon nunca llegara a ser miembro oficial del colectivo, siempre estará muy presente en las actividades de la formación. Así en diciembre de 1962 actúan conjuntamente en el Fòrum Vergés de Barcelona, siendo ésta la primera vez que el cantante setabense actúa ante un público más mayoritario. También ese mismo año aparecen las primeras grabaciones de los miembros del colectivo como el EP “Espinàs Canta Brassens” (Edigsa, 1962), donde dejan a las claras que una de sus mayores influencias es la chanson francesa.

Poco a poco Els Setze Jutges irán acogiendo a nuevos miembros. El cuarto componente será el psiquiatra Delfí Abella y un poco más tarde entrará Francesc Pi de la Serra. Siendo éste el primer juez nacido después de la guerra. Su incorporación se produjo de un modo bastante curioso. Ya que en una actuación del colectivo Francesc les recriminó su acompañamiento musical. Estos le dijeron que si sabía hacerlo mejor que lo hiciera. Subió, tocó la guitarra y fue admitido automáticamente.

Pero esta no era la manera normal de entrada en el colectivo, sino la superación de un examen donde los miembros de Els Setze Jutges ejercían de jueces. Hay mucha leyenda detrás de estos exámenes, muchas veces vistos como verdaderos tribunales inquisitorios; las pruebas, más que de nivel de musicalidad, eran para ver la compatibilidad con el grupo. En sus inicios no existían estas pruebas y la unión con el colectivo era voluntaria, pero con la proyección lograda por Joan Manuel Serrat empezaron a estilarse más. Algunos de los miembros fundacionales reconocen que no hubieran podido entrar si hubieran exigido ese nivel en el momento de su ingreso. De los rechazados, los más famosos son Pere Tàpias y Pau Riba. De este último llegaron a decir que tenía una voz horrorosa, mientras que el estilo desenfadado de Pere tampoco congenió con el colectivo.

1963 será el año de entrada de tres nuevos jueces. Se incorporan al colectivo, el irónico Enric Barbat dotado de un gran dominio del lenguaje; Xavier Elies uno de los jueces menos prolíficos; y Guillermina Motta, uno de los componentes más versátiles del colectivo. En ese mismo año, en febrero, se celebran las Matinals de Romea-Show. Donde aparte de músicos de jazz cantan gente como Grau Carol y Salvador Escamilla, junto con Remei Margarit, Josep Maria Espinàs y Miquel Porter. Todo ello bajo el lema: “Voces nuevas y nuevas melodías para gente nueva“. En agosto de ese mismo año se celebra una gran fiesta en l’Ametlla del Vallès donde se otorga por primera vez el Premi del Disc Català, que se lo llevará Josep Maria Espinàs. Mientras que en septiembre durante las fiestas de la Mercé en Barcelona, Josep Maria Andreu y Lleó Borrell organizan el primer Festival de la Cançó Mediterrània.

En enero de 1964 nace el programa Radioscope de Salvador Escamilla desde donde se convertirá en promotor de la nova cançó. Ese mismo año será la entrada del noveno y décimo juez. De la valenciana Maria del Carme Girau y del barcelonés Martí Llauradó. La importancia de Martí será mayor en los años posteriores, ya que se encargaría de musicalizar algunos de los poemas del escritor Joan Salvat-Papasseit para que otros miembros salidos del colectivo los cantaran. La influencia de Els Setze Jutges empieza a ser cada vez mayor. La nova cançó llega a Lleida de la mano de Xavier Ribalta y del colectivo Can 64. Creado a la manera de Els Setze Jutges, de entre sus miembros cabe destacar al pintor Màrius Carretero.

En 1965, además de la incorporación de tres nuevos jueces más, será el año del debut discográfico de varios de los antiguos componentes del grupo. Se unen al colectivo el mallorquín Joan Ramon Bonet, la más joven del colectivo Maria Amèlia Pedrerol, y el que sería más famoso de todos ellos Joan Manuel Serrat. Además de iniciar sus carreras Martí Llauradó y Guillermina Motta, también hay que reseñar la aparición en el mercado musical catalán de Guillem d’Efak y Núria Feliu. La mayoría de los nombres que hemos ido mencionando grababan para el sello Edigsa. Pero una parte de dicha discográfica pensaba que su política era demasiado restrictiva por lo que hubo una escisión dentro del sello del cual nació la discográfica Concèntric. Ermengol Passola se hará cargo de la dirección. Y bajo este sello, Els Setze Jutges, graban su único LP “Audiència Pública” (Concèntric, 1966).

A estas alturas del partido la repercusión del movimiento de la nova cançó ya no sólo se limitaba a la esfera catalana. En España Serrat alcanzaría el número uno de ventas con el excelso EP “Cançó de Matinada” (Edigsa, 1967). Mientras que cantantes como Raimon tocaba en el Olympia parisino, y Nuria Feliú actuaba en Nueva York junto a Tete Montoliú.

Con motivo del quinto aniversario del colectivo se celebra el 16 de diciembre de 1966 una fiesta en l’Ovella Negra. En dicho evento se aprovecha para presentar a una nueva componente del grupo. Será la hermana de Joan Ramon, Maria del Mar Bonet. Siendo la única cantante en pertenecer tanto a Els Setze Jutges como a Grup de Folk. Maria del Mar formó parte de la última corriente que entró en el grupo, y que el manager Juan Molas denominó como la novíssima cançó. En un acto, que según él, servía para renovar el panorama de la canción autóctona. Los otros dos cantantes que entraron en esa época fueron Rafael Subirach y, a pesar de su desastrosa prueba, Lluís Llach.

Llach debuta con Els Setze Jutges el 22 de marzo de 1967 en un concierto celebrado en el Centre Social Catòlic de Terrassa. Y pocos meses después se celebra un acontecimiento único e irrepetible. El 25 de mayo de 1967 actuaron juntos, por primera y única vez, todos los jueces en directo. Poco a poco mientras se acaba la década la fuerza como grupo de Els Setze Jutges va desapareciendo. Los objetivos por los que se había creado se estaban cumpliendo y los miembros del colectivo entendían que ya no eran tan necesarios. Existía un amplio espectro de músicos, con un gran nivel técnico, que cantaban en catalán. Con lo que el recambio generacional estaba asegurado.

Otro elemento clave fue la decisión de Joan Manuel Serrat de cantar en castellano. Este hecho no fue entendido tanto por algunos miembros de Els Setze Jutges como por parte de ciertos sectores catalanistas. Su decisión, se interpretó como una traición a los principios naturales del colectivo de practicar el monolingüismo como resistencia a las adversidades impuestas por la dictadura. A pesar de las enormes presiones recibidas Serrat continuó con el bilingüismo; y además contó con el apoyo de gente de la cultura catalana como el locutor Salvador Escamillas o la actriz Nuria Espert.

En 1969, a raíz de la disolución del colectivo, se empieza a abandonar el término de nova cançó para denominarse únicamente como cançó. Els Setze Jutges dejaron atrás un millar de actuaciones. Teniendo una influencia que va más allá de los territorios catalanohablantes. Como podemos comprobar con la creación de otros colectivos similares como el vasco Ez Dok Amairu, el castellano Canción del Pueblo, el gallego Voces Ceibes, o el andaluz Manifiesto Canción del Sur. Posteriormente han sido reivindicados también por todo el mundo hispanohablante como, por ejemplo, los cubanos Pablo Milanés y Silvio Rodríguez. Padres, junto a Noel Nicola, de la Nueva Troba Cubana.

El 13 de abril de 2007, el Parlament de Catalunya concede la medalla de honor, en la categoría de oro, a todos los miembros de Els Setze Jutges y a Lluís Serrahima, su impulsor. Un acto tardío. Por la cantidad de años que habían transcurrido desde su formación. Como porque jueces, como Miquel Porter y Delfí Abella, habían fallecido poco antes. Guillermina Motta rehusó dicha distinción.

Con motivo del cincuenta aniversario de la publicación del artículo de Lluís Serrahima, “Ens Calen Cançons d’Ara”. La revista Enderrock, junto con Cossetània Edicions, presentó un especial con artículos sobre la canción de autor y el pop en lengua catalana de los años 60 recogidos de publicaciones como Folk, Rockcol·lecció y la propia Enderrock. Además para acompañar este número especial se incluía la reedición del único álbum de Els Setze Jutges.

En este “Audiència Pública” (Enderrock, 2009) se incluyeron tres temas de aquellos jueces que, por entrar más tarde en el colectivo, no estaban en el disco original. Una reedición necesaria, de un disco descatalogado, y de una formación fundamental sin la cual no podría entenderse la música hecha en catalán en la actualidad.

Álbumes:

Larga duración:

Audiència Pública

1966

Ya se avisaba en la contraportada de este vinilo que la elección de los temas había sido hecha por los...

Corta duración:
No existen álbumes de corta duración relacionados a este grupo.
Recopilatorios y directos:
No existen álbumes de recopilatorios y directos relacionados a este grupo.
Reediciones:

Audiència Pública

2009

Aprovechando el quincuagésimo aniversario de la publicación, en la revista Germinabit, del artículo “Ens Calen Cançons d’Ara”, la revista Enderrock...

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