Lo malo de pertenecer a un movimiento es que te identifiquen con él nada más nombrarte. Así, si preguntamos: “¿Conoces a Sergio Leone?”, en seguida nos responderán: “Ah, sí, el que hacía spaghetti-westerns”. Vale, Sergio Leone hacía spaghetti-westerns, pero iba mucho más allá. No podemos meterle en el mismo saco que a la mayoría de las infumables producciones del western europeo. Es por eso que no vamos a proceder a identificar Vacaciones con un tipo de música, pongamos como ejemplo la escena colajet, de la segunda mitad de los 90. Vamos a hablar de Vacaciones como sonido único, porque, como el director de «La Muerte Tenía un Precio» (1965) se diferencian del resto por la calidad de sus composiciones.
Así que nos trasladamos a la Región de Murcia, tierra televisiva donde las haya gracias a programas fabulosos como Murcia, Qué Bella Eres. Allí Rafaskam (verdadera alma de Vacaciones, que tenía ya una formación llamada The Yellow Melodies) se enamora en 1998 de Ruth, líder de un grupo que se dedicaba a tocar en locales de ensayo versiones de sus artistas favoritos. Así, decide unirse al trío conformado por ella, José Alberto y Ángel Pop.
Una banda sin nombre aún, que pronto compone una canción propia: «Vacaciones en el mar». Quizá por la pereza de buscar un nombre para la formación o quizá porque las vacaciones (estivales) son realmente lo que todo poppy desea para lucir sus gafas de sol, vestidos veraniegos y polos ajustados de rayas, Vacaciones fue el nombre que se le adjudica al cuarteto murciano. Y el verano del 98 llega por fin. La banda contaba con apenas dos meses de formación, pero se suben al escenario para tocar una única canción. Esto ocurre al final de un concierto de Hello Cuca y Los Fresones Rebeldes.
Realmente era una canción más, pero con el tiempo se ha convertido en todo un himno. «Poppy girl» puede ser leída como toda una declaración de intenciones. Ruth da la cara y responde a toda esa crítica caduca que no deja de calificar de sonido tonto, ñoño e infantil a grupos como La Monja Enana o Los Fresones Rebeldes. “Yo llevo gafas rojas y a ti qué”, les canta Ruth.
El grupo crece, y Encarna se incorpora como segunda voz. Ya tienen tema, ya tienen nombre… ¿Qué le falta a cualquier grupo para terminar de despegar? Conciertos y lanzamientos. Y eso es, precisamente, lo que en apenas medio año les va a ocurrir a los murcianos. El escenario que cualquier banda independiente podría soñar se abre ante ellos, y el primer verdadero concierto lo dan… en la fiesta de fin de curso de un colegio. Nos lo podemos imaginar: globos de colores, gominolas y un montón de chavales saltando al ritmo de los pegadizos ritmos de “qué más te da reír o sonreír”.
Y aquí llega el punto en el que tenemos que volver a darle las gracias a Elefant Records por confiar en un pseudo-grupo que tenía un puñado de canciones. La compañía les publica un single en vinilo de cuatro pistas llamado «Dani» (Elefant, 1999) en enero de 1999. El single, de apenas ocho minutos de duración, contiene su tema más famoso, el ya citado «Poppy girl», y otros tres más, grabados en precarias condiciones. Pero Vacaciones ya ha publicado, al fin, y es la hora de lanzarse al escenario, no sin antes cambiar la formación de nuevo. Encarna, que aportaba una voz amateur, gritona, pero encantadora, le cede su puesto a Ana González, que además toca el teclado de maravilla. Así, este instrumento pasará a ser desde entonces una de las señas de identidad de los murcianos.
Conciertos junto a La Pequeña Suiza, Polar, Cecilia Ann, ¡Los Planetas!, La Monja Enana; fiestas de Elefant, venta del single en Inglaterra y Japón (¡qué gran público el nipón!, cómo sabe apreciar el buen pop nacional), menciones y más menciones en los fanzines de la época… Parece que Vacaciones navega a toda vela. Es más, tocan en la fiesta inaugural del Festival de Benicássim junto a sus ídolos del momento: Marine Research. Ruth no puede creer lo que les está ocurriendo. ¡Con tan sólo un single en vinilo publicado están tocando con un grupo de referencia del C86! Ante esto, Vacaciones se crece en el directo y deja a la misma Amelia Fletcher tan boquiabierta que ella misma les propone ser teloneros de su gira por España.
Recapitulemos: conciertos con el indie puntero del momento, repercusión en prensa, ventas internacionales, participaciones en el FIB y Lemon Pop y teloneros de Marine Research. Y con sólo cuatro canciones publicadas. Vacaciones debe hacer algo más. Y así es. El año 2000 llega con ocho nuevos temas (de los cuales dos son versiones) distribuidos en dos nuevos singles: el vinilo «Espero una Respuesta» (Elefant, 2000) y el CD-single «Un Año de…» (Elefant, 2000), ambos con la misma carátula y compartiendo una canción: «Espero una respuesta».
La respuesta llega en seguida: Lemon Pop, Contempopranea, Pink Punk Madrid… ¡Y la luz verde de Elefant Records para grabar su primer álbum! Los chicos de Murcia irradian felicidad. Junto a ellos, Carlos77, el nuevo bajista que le dará un mayor ritmo a las composiciones. La banda nunca ha querido dedicarse profesionalmente a esto, dar su vida por la música: «Tenemos claro que esto es un hobby, que hay cosas más importantes y que ese paso más te exige quitarte cosas de tu vida privada que no podríamos…”. Pero a nadie le amarga un disco.
Y «Sonreír» (Elefant, 2002) ve la luz dos años más tarde, en febrero de 2002. Con un sonido mucho más depurado (hay que recordar que se grabó en El Refugio Antiaéreo) y unos ritmos endiablados, con estribillos pegadizos desde la primera vez que se escuchan, Vacaciones demuestra que está en pleno estado de forma. El nombre del disco es fiel a su ánimo, y también el gesto que se te queda al escuchar las catorce pistas (quince en la edición vinilo). No obstante, se habían barajado otros nombres para el disco. «¡Ahora sí!» era la segunda opción, en absoluto desdeñable, pues era una afirmación total, como si dijesen: “Después de estos años, ahora sí que hemos sacado un disco. Ya somos un grupo de verdad”. Y es que lo eran.
Así, 2002 es un año de escasas vacaciones para el grupo, que se embarca en una intensa agenda de conciertos. No sólo acude a festivales como Lemon Pop o Contempopránea de nuevo, sino que tocan en Barcelona o Madrid y en el último trimestre del año presentan su disco con una gira por todo el territorio español.
El año 2003 llega cargado de acontecimientos para la banda. En primer lugar, deciden publicar las b-sides de su primer álbum en un CD que titulan «No me Digas que me Quieres» (Elefant, 2003). En él, un par de temas y una versión de Lio: «Amoreux solitaires». La banda vuelve a colaborar con Les Noveaux Auteurs para la realización de un nuevo videoclip. Si antes había sido «¡Ahora sí!», ahora le toca el turno a otra gran canción llena de vitalidad: «No me digas que me quieres», donde la ya amiga Amelia Fletcher tiene una pequeña colaboración.
La formación sufre algunos cambios. Se incorpora una nueva guitarra (parece increíble que el pop guitarrero de «Sonreír» lo hubiera creado sólo Rafaskam) y Ángel saluda a la banda, mientras que Ana se despide, pensando en nuevos proyectos. Entre medias, nuevas participaciones en la escena indie española: Easy Pop Weekend, FIB, Primavera Sound… Tardan más de tres meses en encontrar a alguien que pueda sustituir a Ana. Es lógico. Escuchad «Sonreír» y luego pensad en un cambio de teclado. Es difícil igualar ese sonido. Así que deciden acudir a los conocidos, y María del Mar, de The Yellow Melodies, se les une.
Redefinida la nueva formación llega el verano de 2004, la mejor estación para la banda murciana. Y después de un par de conciertillos en la península se van a tocar a Suecia, al festival de Emmaboda, donde parece que les vuelve a entrar el apetito de grabar, así que regresan a España y, con nueva y pequeña discográfica, la catalana Discos de Paseo, publican su tercer CD-single: «Suelta los Problemas» (Discos de Paseo, 2004). Pero ellos lo que quieren es su segundo largo. Elefant Records en este preciso momento no pueden abordar la producción de un LP para Vacaciones y los de Murcia no quieren someterse a una nueva discográfica con tan poca experiencia como Discos de Paseo, así que Rafaskam crea su propio sello, Discos Imprescindibles, y en su propio estudio, adecuadamente llamado Gratis, la banda se autoproduce sin prisa pero sin pausa durante cuatro meses, su segundo LP: «Emmaboda» (Discos Imprescindibles, 2004). Elefant Records, siempre presente, les ayuda con su subsello Autopop, dedicado a bandas que se autoproducen para dar a luz un disco sin tanto guitarreo (a pesar de la inclusión de Ángel como segunda guitarra), pero fresco y formado por once cortes de melodías más amables y pausadas.
De nuevo es verano, ahora de 2005, y, otra vez, los calurosos festivales son la cita del público con Vacaciones. Los murcianos preparan, además, una gira de presentación de su álbum. La que será la última, pues en 2006 el grupo decide dejar de ensayar de manera regular y seguir cada uno su camino. Ruth y Rafaskam, siempre juntos, pinchan temas pop con el nombre de Vacaciones Diyeis, además de grabar como Minibar un tema. Rafaskam (de nuevo) junto con José Alberto vuelven a The Yellow Melodies (que publica un mini-LP en noviembre de 2008). Carlos77 toca con su otro grupo, Higinio, y Ángel hace lo propio en solitario.
El colajet ha desaparecido, lamentablemente. Pero como último coletazo, el grupo se reúne y ofrece un magistral concierto en su casa, en el Lemon Pop de 2008.
Hasta siempre, Vacaciones.
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