Surgido de la feliz unión de Jangla, Líos y Elena Goliat (Arponera), deciden formar Tu Madre el mismo día que se conocen durante los conciertos de las fiestas de La Mercè de 2006. Con intereses comunes, y siendo primer proyecto real de las tres, Tu Madre parten de cero aprendiendo a tocar lo justo para dar salida a sus inquietudes musicales. Fogueándose con directos abrasivos y desenfadados por los estratos más bajos de la escena barcelonesa, son descubiertas en uno de sus bolos subterráneos por Daniel Granados, máximo responsable de Producciones Doradas, dando el paso hacia su discográfica mediante el EP «Tu Madre» (Producciones Doradas, 2008). Se pone así el punto de partida a uno de los cultos más relevantes del planeta indie estatal.
Con una exigua producción discográfica -un EP y un LP que entre los dos no llegan a los cuarenta minutos- en media docena de años de vida, este trío femenino de Barcelona han sabido, mejor que nadie, llevar a buen puerto la concepción del do it yourself gracias a una apropiación intransferible del término “no músico”, patentado en la no-wave. No en vano, Líos se compró su primer bajo sin tener ni idea de tocarlo, a la semana de formar su alianza junto a sus dos compañeras de aventuras. De la mítica escena neoyorkina, Tu Madre también toman ejemplo con deslavazadas actuaciones de minutaje esperpénticamente corto -entre el cuarto y la media hora-; y en sus discos publicados hasta el momento, donde el formato LP queda completamente eludido. «Valentina” (Producciones Doradas, 2011), prensado en 12», tiene una duración de apenas veintidós minutos.
Como un escalpelo sin afilar, la música generada por Tu Madre entra en el subconsciente a través del bajo vientre. Con un sonido heredado de las más grandes bandas femeninas del post-punk originario -The Raincoats, LiLiPUT, The Slits-, lo tiñen a partir de una paleta de matices extensísima en la que, entre otras, caben pinceladas de avant-garde, folclore regional o el pop desenfadado de La Movida madrileña ejecutado por Alaska y Los Pegamoides o Glutamato Ye-Yé. Un sinfín de aristas perfiladas bajo un poso de humor cáustico y surrealista, donde el todo vale cobra pleno significado a la hora de dar vida a unas creaciones comprimidas en su fabuloso EP homónimo y en uno de los grandes discos de 2011, el poliédrico “Valentina”, con el que ponen la primera piedra de una trilogía que, en sus dos siguientes pasos, seguirá estando titulada con el nombre de cada una de las madres de las componentes del combo barcelonés. Si es que más entrañable no se puede ser…
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