Ibán Pérez es el responsable de Terraforma Estudios y lleva muchos años en esto de la música, tanto como músico como productor. Hablamos de proyectos como Indómitos, Selvática, Fee Reega… “He tocado en muchos proyectos. En Glasgow tuve un grupo llamado L. Casio Immunitas, desde el 2002 al 2008 (creo…). Un grupo de post rock con dos baterías, sintes y demás. Grabamos un disco con Brendan O’hare, antiguo batería de Teenage Fanclub y Mogwai, que tuvo cierta repercusión dentro del circuito de la ciudad.
Estuve también unos cuantos años en Tut Vu Vu, grupo de Avant-garde, jazz… Con este compartimos escenario con gente como Kid Congo, Omar Suleiman, Polar Bear, Golden Teacher, etc… Publicamos un LP y un EP durante el tiempo que estuve con ellos. Otros proyectos fueron Plates (con Howie Reeve), Sparkling Shadazz (doing surf covers), Adopted as Holograph, Mussel Memory, Selvática, TorsoAñade este contenido y ahora Fee Reega.
También he colaborado como músico en otros grupos como son Galgo, A Veces Ciclón, Seven Deaths, Pantis, Chicharrón, Atrás Tigre, etc… ‘Indómitos’ (El Beasto, 2008) fue un disco increíble en el que estuve de técnico de grabación, y después también involucrado en mezcla con Manu G. Sanz, quien más tarde, una vez ya en Galicia me propuso tocar en Selvática”.
Ahora pone en marcha The Gentle Wire, proyecto en solitario con un trasfondo experimental, con el que debuta con el larga duración “The Gentle Wire” (Ginger-Cat, 2019). “De principio, este es un disco de estudio. No quise pensar en el directo para no cohibirme a la hora de escribir las partes. Tengo grandes músicos y amigos que se prestan a echarme una mano con el directo, así que es algo que es factible, pero que no me he puesto a organizar por lo de ahora. Para el nombre quería algo que representase lo que hago. The Gentle Wire, para mí, significa ‘el telegrama amable’ o ‘el mensaje gentil’. En fin, algo que es de alguna forma delicado. Supongo que es difícil describirlo la verdad”.
Con respecto a las influencias directas o indirectas que marcan el sonido de The Gentle Wire, Ibán afirma que “musicalmente he escuchado mucho jazz, aunque no me considero músico del género. Pero sí que me ha influenciado mucho. También he sido muy fan de Tortoise en el pasado, y creo que es evidente. Y, hoy en día escucho a gente como Ex:Re, Dark Dark Dark, Tom Waits, Will Oldham, Micah P. Hinson, Julia Jacklin, etc… Creo que hay influencias muy obvias, pero gran parte de lo que sale es una amalgama de todo lo que pasa por mis orejas, sin buscar un sonido concreto”.
Juega con la experimentación pero esta está muy sublimada, predominando las melodías y la luz. Al escuchar el disco uno se encuentra cortes con aires coldwave y ecos de NIN –“Burn city burn”-, cortes menos accesibles que fusionan música incidental y cierta cadencia jazz con desarrollos como los que hacían 6PM; con el uso del piano –“A hand held high”- y con misteriosas experimentaciones –“The fire”-… Ingredientes diversos pero todo perfectamente cohesionado y dando una sensación de unidad… “Los temas son todos bastante diferentes, pero al compartir instrumentos, todos poseen una textura muy similar. A la hora de finalizar la masterización tuve que probar casi todas las combinaciones posibles en lo que al orden se refiere, para que el disco funcionase de principio a fin. No fue fácil la verdad. Hubo también un par de temas que quedaron fuera, simplemente se hizo evidente que no cuadraban en ningún lado.
Supongo que en The Gente Wire es donde más experimento a la hora de crear paisajes sonoros. Aunque muchas veces esto se traduce en simplificar, más que complicar los arreglos. Creo que en este disco hay mucho color armónico, pero si observamos los instrumentos uno a uno, las partes en si son muy sencillas. Por ejemplo, yo toco y he tocado la batería en muchos proyectos, pero es en mis composiciones donde más simplifico”.
La grabación comienza en el verano de 2018, “me vi más o menos libre para meterme de lleno a grabar un disco. Algo que llevo toda la vida intentando hacer, pero por una u otra razón nunca era capaz de empezar. Tengo mil temas sueltos de muchos estilos, pero nada uniforme y completo.
Grabarse a uno mismo siempre es complejo, me gusta tener todo montado para poder grabar cualquiera de los instrumentos en el momento que lo vea necesario. Entonces, la batería estuvo montada con los micros todo el verano, al igual que los amplis de guitarra o los sintes. Hubo un par de colaboraciones puntuales de grandes músicos y amigos. Por lo demás lo hice todo yo poco a poco”.
La idea es que el proyecto tenga continuidad, “hasta ahora todo lo que tenía suelto por ahí lo sacaba bajo el nombre de Nai-Ox, pero vi la necesidad de empezar algo de cero. En cuanto pueda, me pondré con un nuevo disco. Es muy probable que cada disco adopte texturas o ideas diferentes. Me gusta la idea de creación única. Siempre habrá un nexo, pero no tiene por qué guardar una relación directa”.
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