“No teníamos ninguna pretensión de nada, todo surgía de casualidad en Tetallica” manifiesta Bea cuando nos habla del grupo que formó con una pandilla de amigas con las que salía de bares y conciertos por Madrid. Fue en una noche de 2006 que deciden montar un grupo de música todas ellas. Uno además que se llamara Tetallica. Kika tocaba por entonces el órgano en Von G.R.A.P.P.A. y, de hecho, a la hora de repartirse los instrumentos, tiene muy clara una cosa: “Yo elegí la guitarra porque no sé tocarla y porque estoy harta de que me toque siempre el teclado”. Y es que en el fondo ésa era precisamente un poco la idea en la propuesta original, que ninguna supiera tocar previamente el instrumento que le fuera asignado. A Adriana, por ejemplo, que “no había cogido una baqueta en su vida”, le encargan la batería. Bea, que también había tocado en algún que otro grupo con amigas del instituto, como Delektra, tocará el bajo y hará coros.
“Quedamos para ver qué salía en el Rock Palace unos días después. Tampoco lo pensamos mucho”. Al ensayo Kika trae a Raquel, casi recién llegada de Asturias, que terminará siendo la cantante: “Intenté tocar las maracas y la pandereta y no conseguí ir al ritmo jamás. De hecho, creo que no conseguí entrar a las canciones al tiempo nunca. Ni con la de los Ramones: recuerdo que Bea me quería tirar al pilón después de repetir chorrocientas veces la de ‘Blitzkrieg bop’. Creo que soy lo opuesto a tener oído absoluto. Debo tener oído nulo o negativo y soy completamente arrítmica, por eso acabé cantando”, confiesa la voz principal del grupo
A pesar de todas las limitaciones técnicas de una banda que acaba de empezar, el caso es que en ese primer ensayo sientan ya las base de lo que sería luego el tema “Oso panda”, uno de los que incluirían en su único disco.
A la hora de elegir un nombre se dejan llevar por la tendencia de alguna de ellas por el heavy. Bueno, eso, y un plan infalible bien ideado que desarrolla Bea: “No nos gustaba Metallica y pensamos que, a lo mejor, si nos denunciaban por hacerles mofa del nombre, nos forraríamos y no tendríamos que volver a trabajar nunca más”.
Una vez que se ponen manos a la obra, falta por aclarar el sonido que buscan para el nuevo proyecto: “Mi intención era hacer heavy metal clásico de los 70, tipo Black Sabbath, pero se ve que salía otra cosa”, confiesa Kika. “Cada día sonaba a una cosa diferente. Un día a Black Flag, otro día a Pixies… Bueno, eso siendo generosos”. Raquel, por su parte, admite: “Hombre, a todas nos gustaba bastante la música, pero vamos…, con que sonar algo ya me parecía magia”. Bea indica una larga lista de bandas que le gustaban cuáles eran sus preferencias (entre las que destacan Suburban Lawns, Parálisis Permanente, grupos de riot girrrrls de los 90…) pero se une a sus compañeras a la hora de afirmar rotunda la ausencia de un objetivo musical claro en sus composiciones: “Que va. Hacíamos lo que podíamos y lo que nos divertía”.
El debut en directo se produce entre un mar de dudas, ya que les ofrecen tocar el 8 de febrero de 2008 en la fiesta de cumpleaños de Raúl Lechón (Pili y sus Lechones, Fabuloso Combo Espectro): “Hasta el último momento no sabíamos si lanzarnos o no, pero al final tocamos” nos comentan. Fue así que Tetallica saltó al escenario del Rock Palace como estreno ante el público en un evento en el que hubo más grupos como la Asociación de Amigos del Rifle y Juana Chicharro. Adriana se apresura a frenar cualquier intento de mitificación del estreno: “Sólo teníamos tres temas y fue un buen desastre”.
Tras ese primer concierto, se les une Vanesa: “Cuando les propuse tocar el teclado me regalaron un casiotone por mi cumpleaños y empecé a tocarlo con ellas”.
Además del local en Rock Palace, la banda también conto para sus ensayos con un trastero situado en la calle Naciones que era donde compartían piso Kika y Raquel. El bloque tenía vecinos bastante pintorescos. Por un lado, estaba un local de la asociación de síndrome de Prader-Willy, “que eran muy majos, pero teníamos que tener cuidado con las bolsas de Risketos que dejábamos en la basura”, nos cuentan. Pero había más: “un bar de copas para señores mayores (y probablemente con licencias irregulares) que un día hicieron comentarios del sonido del infierno que salía de los trasteros”, contaba Raquel. De hecho, Kika recuerda algún que otro incidente: “Fue la policía un par de veces porque algún vecino se quejaba del ruido infernal. Pero nadie abría la puerta porque estábamos en el sótano y no nos enterábamos, y lo demás eran oficinas en las que no quedaba nadie. Le querían pasar el muerto a los del bar de al lado, que cojeaban de otras cosas, pero no precisamente de exceso de ruido”. En la ronda que se ha organizado recordando el local, Raquel concluye: “Sé que suena fatal pero el edificio era de putas, retrasados, traficantes de baja estopa y nosotras. Enfrente, una tienda de alfombras, un Museo del Jamón y el barrio de Goya. Yo le guardo mucho cariño al lugar”.
Adriana también menciona alguna de las ventajas de tener el local tan próximo a la residencia de Kika y Raquel: “Recuerdo algún ‘ensayo’ en su salón con vermú en copas de cóctel de esas triangulares”.
En 2009 decidieron grabar una serie de temas pidiendo ayuda para las cuestiones técnicas a Fa (Juanita y los Feos) que trabajó para la ocasión bajo el nombre de Pureza Digital. Querían que resultase todo muy casero, así que se desplazaron al garaje de la casa en la sierra del padre de Adriana. Lo hicieron todo del tirón el 17 de julio: “Nos grabó con un equipo muy básico. En una tarde de verano lo teníamos y nos fuimos a la piscina”, cuenta Raquel.
Con parte del material que dejaron registrado entonces se editó “Peluquería de Señoras” (Discos de Mierda, 2009), un trabajo para el que Mugretone (Webeloss, Asiatics, Grupo Sub 1, Las Cruces), responsable de Discos de Mierda, diseñó para la ocasión tres portadas diferentes junto a otra que preparó Kika con una serigrafía hecha a partir de una foto de la banda tomada en el portal del edificio donde ensayaban.
El entendimiento con el sello madrileño fue inmediato. Kika descubre las claves: “Teníamos todos los ingredientes para ser un ‘producto Mugretone’. En cuanto se enteró de nuestra existencia nos propuso sacarnos algo”. “Grabamos para sacarlo con él directamente. Surgió tal cual y nos pareció genial”, relata Bea, resaltando una vez más la falta de objetivo concreto en la trayectoria de la banda.
El disco contenía temas como “Peluquería de señoras nacional socialista” o “Perturbada adolescente” y mostraba a las claras las intenciones de la banda, y que colocaba a la música de Tetallica en esa corriente con la que se vertebró parte del punk capitalino de la primera década de siglo XXI en la que también participaban proyectos tan dispares como Webeloss – Grupo Sub 1, Las Jennys de Arroyoculebro o Coprolitos: una mezcla de punk mongoloide, garaje-rock choroflo y actitud Pegamoide llevada al límite del desquicie.
Al tratar de indagar acerca de cómo fue la sesión de grabación Kika no tiene más que buenas palabras para su productor: “Siempre estaremos muy agradecidas a Fa Feo por su estupenda labor grabando y mezclando los temas. Supo sacar exactamente el sonido que buscábamos. No creo que buscáramos nada, pero no quería perder la ocasión de usar esa frase”. Lo mismo ocurre con la valoración de Vanesa: “Fue Fa quien luego montó las canciones y las depuró también. Una gran labor”.
Preguntadas por el contenido de sus canciones, por aquello que las motivaba para componer sus letras, Bea parece apuntar acusadora a la cantante: “Las letras eran pura improvisación de Raquel. Luego las terminaba en casa con lo que rimase, aunque no tuviera sentido”. La interpelada no parece mostrar demasiadas intenciones por defenderse: ”¡Ja, ja, ja! Pues, a ver, de resaca, con que rimasen yo me daba por satisfecha. La temática era el día a día”.
También utilizaron uno de los temas grabados en la sesión con Fa para una de las entregas que el sello Ghost Highway dedica como tributo a Oblivians junto a Jiménez Los Santos y Los Plátanos. Tetallica participaron en “Tribute to the Oblivians Vol. 4” (Ghost Highway Recording, 2009). Las madrileñas abrían el sencillo con la canción “Strong come on”,
A la hora de señalar los grupos con los que tuvieron una mayor afinidad son dos los nombres que más se repiten: Fabuloso Combo Espectro (con los que fueron en el denominado Asturtour en febrero de 2009) y Las Jennys de Arroyoculebro, con las que compartieron escenario en un par de ocasiones y, efectivamente, muchas similitudes en actitud. Uno de esos conciertos en los que coincidieron las dos bandas tuvo lugar en marzo de 2009 en la sala Wurlitzer Ballroom de Madrid en un evento relacionado con el día de la mujer trabajadora. Kika recuerda algunos detalles de la ocasión: “Por aquel entonces nuestra credibilidad como banda era limitada y había gente que se mofaba de nosotras, pero esa noche se vendió todo, incluso quedó gente fuera. Raquel abrió el concierto gritando ¡Ellas crean, nosotras destruimos! Y así fue. Años más tarde los trabajadores del Wurli siguen encontrando ketchup entre los monitores”
Volverían a coincidir con Fabuloso Combo Espectro en tierras astures, en concreto en Llanos, el 25 de julio de 2009 para tocar en el denominado Parrilla Rock, un festival en el que también hubo ocasión de escuchar a Chiquita y Chatarra, Guadalupe Plata, DaggersAñade este contenido, Las Nurses…
También repitieron actuación en La Betty. Uno de los conciertos en esa sala fue con Call Me Idiot, mientras que en la otra tocaron por mediación de Juanita y los Feos. “Tenían pillada la fecha y fueron super majos porque nos invitaron a tocar con ellos”, cuenta Vanesa. “Yo personalmente estaba nerviosísima, cosa que no se entiende muy bien porque ¡para lo que hacíamos! Recuerdo que en la entrada repartimos una hoja con las letras de las canciones. Raquel empezó ese concierto diciendo: ‘Esto no es música, esto es terapia’ en plan improvisado, y a mí me hizo mucha gracia y es verdad que era un poco eso porque nos juntábamos los domingos por la tarde en el trastero de Kika y Raquel a comer risketos, beber cerves, contarnos el finde y tocar algo… y eran muchas risas”, parece decir la teclista con una sonrisa en la cara a medida que le vienen a la mente los detalles de aquellos días.
Kika se iría a vivir a Alemania, pero un poco antes de mudarse, decide dejar los dos grupos en los que militaba: Tetallica y Mano de Mono. “Tener dos grupos me suponía demasiado estrés. Como no quería ofender ni a los unos ni a los otros, dejé los dos a la vez. Una decisión un poco tonta” recuerda la implicada. “Si no recuerdo mal, creo que hasta llegamos a valorar la idea de que volviera y así doblar los solos de guitarra con Bea a lo Maiden. Luego me fui y ya nada” concluye.
Cuando se marchó Kika, la guitarra pasó a manos de Bea (“me compraron una para mi cumpleaños”) y fue Virginia amiga suya desde la infancia la que se encargó del bajo.
El concierto que dieron en el Wullitzer Ballroom el sábado 11 de diciembre de 2010 junto con Las Señoras y Obediencia, fue el último que darían antes de decidir parar. “Llegamos ya a una edad que había que parar de hacer el mongolo supongo” confiesa Raquel, la primera en decidir que lo dejaba. “Yo creo que simplemente nos costaba cada vez más quedar para ensayar y al final nos apetecía cada vez menos”, apunta Adriana. Bea aúna varias razones: “Desidia y la marcha de Raquel”.
El destino de cada una de ellas una vez liquidada Tetallica fue dispar. Raquel se apartó de cualquier actividad musical: “Yo no he vuelto a encontrar a nadie tan loco como para poner a una persona sin oído ni ritmo alguno a cantar”. Adriana entraría a tocar en Las Venas; Kika, por su parte, tocó en The Mondays After en Madrid y en un par de bandas (Metric Eyes -ya inactivo- y Johnny Notebook) cuando está ya viviendo en Alemania.
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